Resulta que en un año el Osasuna de Pamplona ha ingresado en la buchaca doce millones de euros por dos laterales, Azpilicueta y Monreal, el primero derecho y el segundo izquierdo. Seis millones cobró el verano pasado del Olympique de Marsella por el derecho y seis va a cobrar en éste por el zurdo del Málaga del jeque que invierte en refuerzos, no como el indio de ahí al lado que ha dejado en mal lugar el ojo clínico del pintoresco Revilla. Doce millones, damas y caballeros, la misma cantidad que en pesetas cobró en su día el Celta de Vigo por Míchel Salgado de un Real Madrid que la lo tiraba por alto. Doce millones por dos laterales, cantidad que suena a música celestial. Si pregunto, ¿molesto? ¿Quién dirige las negociaciones del Osasuna? ¿Es contratable? ¿Azpilicueta y Monreal son mejores que Canella y José Ángel?

Porque la marcha del lateral osasunista al Málaga se conoce el mismo día en el que el Getafe de otros jeques a los que iremos conociendo en lo venidero anuncia el fichaje de Diego Castro. La marcha de Diego Castro al sur de Madrid era conocida desde hace muchos meses, pero los tiempos son los que son y ya no se guardan las formas: el contrato de Diego Castro con el Sporting finaliza el día 30 de este mes de junio; ayer, día 10, se anunció el fichaje. Veinte días antes del fin del contrato se informa del fichaje. Las formas se van perdiendo.

Lo que no se pierde es el deseo del Barcelona de recuperar a otro canterano que cruzó el Canal de la Mancha. Cesc es el objetivo a por el que van los azulgranas, liderados por los propios jugadores de la primera plantilla. Iniesta confiesa que todos son compatibles con el catalán que se fue a Londres; Piqué sentencia que ya es hora de que regrese, como regresó él, y la prensa especula con que don Arsenio se ha rendido ante la inevitable marcha de su capitán. Se hacen apuestas: en cuanto regrese se convertirá en titular indiscutible en la selección.

Desde la selección, en este caso de Argentina, llegan los nuevos mensajes del Kun Agüero: que si Messi me pregunta en qué equipo voy a jugar, que si me alegra que Mourinho y de las Alas Pumariño hable bien de mí, que si todo el mundo sabe dónde voy a jugar. Son los pasos que, dicen, va dando el futbolista hacia el Real Madrid. Pero se mete por el medio Radomir Antic con una sentencia demoledora: «El Atlético, con el Kun, quedó a cuarenta puntos del Barcelona». Y se ha quedado tan pancho con la frase y el dato. Antic es un mago a la hora de enfriar los entusiasmos. Para eso le pagan ahora que ya no cuentan con él para los banquillos.

Entonces, como quien no quiere la cosa, llega un nuevo fin de semana de sabor a verano, aunque las nubes quieran decir lo contrario, un fin de semana que nos acerca al martes, aunque esto no es Bélgica, como es notorio. Los avances en las gestiones rojiblancas para reforzar la plantilla pueden verse frenados por las fechas, pero los objetivos parecen claros y las vías para alcanzarlos parecen delimitadas. Pues eso que se tiene avanzado en unos tiempos de lo más curiosos.