El incidente tiene más importancia de lo que pudiera parecer. No tanto por los hechos en sí mismos, que no pasaron más allá de una riña canalla y un poco macarra, como por sus consecuencias inmediatas. Todo se produjo en el minuto 32, cuando el Sporting iba por delante en el marcador, el Madrid no se había recuperado del golpe y en el Bernabeu reinaba un silencio de funeral. De pronto, se desató una trifulca en el banquillo del Sporting con presencia destacada de José Mourinho y de Rui Faria, que no se pierde una. Los portugueses se fueron a por Nacho Cases, como podían haber ido a por cualquier otro. Pero el incidente, enrabietó al equipo, enfervorizó a la grada y el Bernabeu se convirtió en un horno.

El problema es la suciedad que lo salpica todo. Mourinho ya había conseguido su objetivo y perfectamente podía haberse ahorrado el manotazo a la cara de Nacho Cases, el dedo en la sien denunciando la locura del gijonés y los cortes de manga tras el tercer gol de Benzema. Tampoco estuvo fino el banquillo rojiblanco al lanzar un balón al campo que fue el detonante de todo el incidente. La mala fortuna quiso que Pepe pasase por esa zona del campo y el central convirtió la picardía en un conflicto diplomático al lanzar un pelotazo contra el banquillo que hizo saltar chispas.

«La verdad es que nosotros lo hicimos mal tirando ese balón, pero la respuesta tampoco fue buena y la otra respuesta del entrenador de ellos, mucho menos». Nacho Cases está en las antípodas de ser un tipo polémico. Su denuncia previa del balón lanzado por un compañero le exculpa por completo y le avala una hoja de servicios plagada buenos pases y limpia de marrullería. Cases minimiza el incidente: «Pero bueno, qué más da eso. Son partidos de fútbol, estamos nerviosos y no pasa nada, no le doy mayor importancia, cada uno sabe lo que ha hecho».

Al gijonés le cuesta hablar, pero cuando lo hace quiere que las cosas queden claras. «Mourinho me da en la cara, pero da igual, cada uno tiene la educación que tiene», explica. Preguntado por cómo se vio salpicado en la trifulca aclara que «porque salimos a protestar y me pilló a mí». ¿Fue Nacho Cases quien tiró el balón al campo? «No, yo no tiré el balón. Sabía que me ibais a preguntar eso y es que encima no fui yo quien tiró el balón», puntualiza para añadir: «Yo lo que hice fue protestar cuando Pepe tiró el balón contra nuestro banquillo». El resultado de la trifulca fueron tres amarillas a Mourinho, Rui Faria e Iván Cuéllar, según el acta, por hacer observaciones al cuarto árbitro.

«Lo importante es que hemos perdido», lamenta Nacho Cases.