Avilés, A. F.

Delegación del Gobierno declaró el derbi con el Oviedo como de alto riesgo pese a la ausencia de las peñas azules, y se desplazarán a Avilés un mínimo de 30 efectivos de la Unidad de Intervención Policial. La seguridad en el campo se completará con ocho vigilantes de seguridad que pone el club y que se encargarán de que nadie introduce en el campo elementos prohibidos como armas, bengalas, explosivos y productos inflamables.

Los responsables de la Policía Nacional inspeccionaron durante toda la semana las gradas, las posibles salidas en caso de emergencia, y la ubicación de las peñas locales y de la afición rival.

Todo el dispositivo de seguridad estará controlado por un coordinador de seguridad, que es nombrado por la Delegación del Gobierno, y por el jefe de seguridad del club, Luis Campesino. El público tiene la obligación de sentarse y de someterse a todos los controles de los vigilantes jurados o de la Policía Nacional. Y puede ser grabado en circuitos cerrados de televisión dentro del campo, en las cercanías y en los accesos, según estipula la Ley del Deporte contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte.

La normativa es muy rigurosa y prohibe, entre otras cosas, la exhibición de pancartas con mensajes que inciten a la violencia, el acceso al campo bajo la influencia de bebidas alcohólicas o drogas, y la venta de alcohol en los bares del estadio, que tampoco podrán servir refrescos en botes ni botellas con tapón, y sólo se utilizarán vasos de plástico.

El incumplimiento de estas medidas acarrearía importantes multas al club.