Apenas media hora antes de iniciar el primer entrenamiento de la pretemporada, los dos últimos fichajes del Sporting eran presentados. Dos caras conocidas que estuvieron en el club en el tramo final de la pasada campaña y que cerraron su incorporación al conjunto rojiblanco en la noche del pasado lunes. Bustos llega cedido por el Celta -que se hará cargo de la mitad de la ficha- y con una opción de fichar por el Sporting a coste cero por dos temporadas si se logra el ascenso. Por su parte, Casquero firma por una temporada y con la posibilidad de renovar por otra si juega una serie de partidos que estipula su contrato.

Los dos se mostraban satisfechos por estar en el club que querían. «No di opción a otras ofertas. Desde que finalicé la temporada sólo tenía el pensamiento de volver al Sporting», reconoció Casquero. «Mi predisposición era clara. Acabé muy bien aquí. El míster me mostró su idea de que quería contar conmigo y al final uno juega donde quiere. El Celta me hizo saber que no iba contar conmigo y tampoco he rebuscado más: yo quería venir a jugar aquí. Podía haber tenido una semana más de vacaciones, pero decidí ir a Vigo por si podía llegar a hacer lo del Sporting», señaló Bustos.

A sus 37 años, Casquero tiene muy claras cuáles son sus ambiciones en el conjunto rojiblanco y no se asusta a la hora de hablar del objetivo de la temporada: «No tengo otra idea que no sea conseguir el objetivo del ascenso».

Por su parte, Cristian Bustos reconoce que la presencia de varios jugadores que pueden actuar en la posición de mediocentro no es perjudicial y hará que todos deban mostrar su mejor versión para ganarse el puesto: «Eso irá en beneficio del Sporting. Hay hueco para todo el que quiera y se lo merezca. Es una competencia sana que hará bonito ganarse un hueco en un Sporting tan competitivo. Hay que pelear por que el Sporting vuelva a la máxima categoría, que es donde debe estar».

Además, el centrocampista alicantino afirmó que se encuentra bien y que ya está controlado el «susto» que sufrió hace dos meses en Mareo con una crisis epiléptica: «Estoy muy bien. Me han hecho las pruebas pertinentes, todo ha quedado en un susto, se localizó lo que era y estoy perfecto».