El Sporting fue líder durante unos minutos, el sportinguismo lo hizo desde hora y cuarto antes de iniciar el partido. Centenares de seguidores rojiblancos recibieron al equipo a su llegada al municipal gijonés en el primer gesto de una afición volcada con los guajes del Pitu. Bengalas rojas para alumbrar los últimos metros y un grito atronador: "!Vamos, que hoy hay que ganar, canta, hasta reventar. Cuando, te falle la voz, canta, con el corazón!", coreó el público. Lema al que se sumaron los 26.740 espectadores que protagonizaron el primer lleno en El Molinón en los últimos cinco años.

"Mareo; el orgullo de Gijón", rezaba la pancarta colocada en el fondo sur, rodeado de un tifo rojiblanco en el que también pudo verse el escudo de la Escuela de Fútbol de Mareo. El Sporting entró en juego impulsado por una ovación rotunda, el primero de los rugidos de un campo en busca del liderato. El Molinón aplaudía el anuncio en el videomarcador de que el Girona había caído en Ponferrada por 3-0. Todo acompañaba. "¡Hasta nos pitan penaltis!", se escuchó en la grada, un año después de la última pena máxima señalada, cuando Bernardo cayó derribado en el área. Juan Muñiz abrió el marcador para poner primero al Sporting. Duró unos minutos, pero el sueño del ascenso continúa vivo.