El Jofemesa supo aprovechar su momento en el partido para lograr el ascenso a División de Honor. Las ovetenses están en la élite femenina del balonmano español por méritos propios y culminan así una trayectoria impecable, en la que se ha cuidado con mimo a una cantera que ahora ha explotado para convertir al Jofemesa en el primer equipo ovetenses en alcanzar tan altos honores.

Al final la diferencia en el marcador fue muy grande, pero no lo fue tanto en el parqué de Pumarín. De hecho, en la primera parte la historia pudo haber sido diferente. Pero ahí estuvo el mérito del Jofemesa. Supieron sufrir y cuando estaban pasándolo peor evitaron que el Mavi se les fuera en el marcador. No lograron hacer lo mismo las gijonesas en la segunda mitad, cuando el Jofemesa, aupado por su afición, metió la directa y no paró hasta que el equipo había logrado la plaza en División de Honor.

El ambiente de Pumarín ayer era un auténtico espectáculo. La afición local apretando, con el fichaje de los narradores habituales de los partidos del Oviedo Baloncesto, dos clásicos acostumbrados a llevar en volandas a la afición. También estaban muy presentas las camisetas moradas del Mavi, con su lugar en la grada de Pumarín lleno y animando a las suyas con mucho calor.

Los nervios se notaron mucho al principio del encuentro. Los dos equipos empezaron algo imprecisos y pasaron 4 minutos y 35 segundos hasta que Lidia abrió el marcador para las gijonesas. A partir de ahí empezó un intercambio de golpes: 1-1, 1-2, 2-2, 2-3, 3-3, 3-4, 4-4, 5-4, 5-5, 6-5, 6-6. Habían pasado doce minutos y la igualdad no la deshacía nadie si bien la sensación era que el Mavi estaba jugando el partido que le interesaba. Controlado, sin demasiada velocidad. El Jofemesa, por su parte, no corría como en ellas es habitual. Y encima se encontraron con una Fani espectacular, que detuvo dos contras en las que María y Alicia remataron completamente solas. Del 6-6 se pasó al 6-8 y ahí tuvo el Mavi su momento. El Jofemesa se encontraba una y otra vez con la portera del equipo gijonés y las gijonesas estaban muy cómodas sobre el parqué de Pumarín. Quizá los golpes sufridos hasta ahora, las derrotas en las pasadas fases de ascenso, ofrecieron la enseñanza necesaria al Jofemesa para saber que es precisamente sabiendo sufrir en estos momentos cuando se consiguen los objetivos.

Las ovetenses lograron llevar el partido al descanso con empate a 11. Y en la segunda mitad todo cambió. Los primeros minutos también fueron de intercambio de golpes, pero aún así había algo diferente. Una alegría en las jugadoras carbayonas que se echó de menos en el primer periodo. Y pudieron correr y apareció una imperial Irene. Esta jugadora granadina, de una gran altura, fue una auténtica pesadilla para las gijonesas. Sus disparos descosieron al Mavi. A los cinco minutos Nazaret puso el empate a 15. De ahí en adelante sólo hubo un equipo sobre la cancha. El Mavi no supo parar los golpes y la defensa de las ovetenses secó al equipo gijonés.

Oviedo verá balonmano de élite el año que viene. El Mavi lo volverá a intentar. Ambos merecían el ascenso pero hoy la gloria es para el Jofemesa.