Un pequeño Sardinero, así lució en la jornada de ayer Les Caleyes. El feudo maliayo, al igual que la pasada campaña con la visita del Oviedo, sufrió una invasión de aficionados visitantes, que provocaron que fuese el cuadro santanderino el que ejerciese prácticamente como local. La fiesta de los cántabros fue completa. Al fantástico día vivido por los aficionados en las horas previas al inicio del choque se sumó la victoria conseguida en el terreno de juego por la mínima ante un Lealtad que nunca perdió la cara al partido.

.Los primeros diez minutos del choque fueron una clara declaración de intenciones de los de Santander, el dominio solo tenía un color, el verde, de la segunda equipación del Racing. El empuje era total y los visitantes estuvieron cerca de adelantarse con un disparo de Caneda para aprovechar un balón suelto en el balcón del área a la salida de un córner, Javi Porrón consiguió hacerse con el balón en dos tiempos para dar por finalizada la jugada.

Poco a poco, el Lealtad se iba sacudiendo tímidamente el dominio racinguista. Los maliayos recuperaban terreno con el paso de los minutos, y la mejor oportunidad la tuvo Pedro Beda en un remate de cabeza que salió desviado a saque de esquina al chocar el esférico en un zaguero. La mala fortuna volvió a visitar a Raúl Aguilar que tuvo que abandonar el terreno de juego antes de la media hora por lesión para dejar su sitio a Secades.

El tándem formado por Óscar y Coulibaly fue un constante quebradero de cabeza para la zaga negrilla, especialmente en el caso del senegalés, que además de desplegar su portentoso físico en una gran combinación de potencia y velocidad, sabía aparecer constantemente allá donde fuese el balón para, de este modo, generar ocasiones de peligro.

El dominio de los racinguistas aunque fue constante en la primera parte, dejó de ser tan poderoso como en los primeros compases del choque, de hecho, la última ocasión antes de llegar al descanso fue para los locales. Tras una buena acción colectiva, el balón caía a los pies de Jorge, el avilesino recibía el cuero cerca del vértice izquierdo del área visitante para zafarse de su marcador y conectar un potente zurdazo que estuvo cerca de colarse por la escuadra, pero por desgracia para los intereses locales, el balón no encontró su destino.

Tras el paso por vestuarios, las fuerzas se equipararon y el Lealtad comenzó a tratar a su rival de tú a tú. Pero esto resultó ser un espejismo, no tardaron demasiado los santanderinos en volver hacerse con el control del partido y repetir el guión de la primera parte. Dos buenas internadas por la izquierda protagonizadas por Miguel García llevaron el "uy" a los aficionados visitantes, primero Pumpido y poco más tarde Álvaro Peña estuvieron cerca de adelantar a los suyos.

En el minuto 68 llegó lo que parecía inevitable, Óscar volvió a hacer de las suyas y Dioni se aprovechó de ello. El veloz extremo desbordó a su marca para ganar línea de fondo y una vez allí, servir un balón pasado al segundo palo donde apareció el ex jugador del Oviedo para empujar el balón al fondo de las mallas y dar una muestra más por el cual es el pichichi destacado de su equipo.

Para celebrar el tanto, el delantero malagueño se abrazó no solo a sus compañeros, también a diversos espectadores que presenciaban el partido justo detrás de la portería de Porrón, esto provocó que el futbolista andaluz viese la amarilla. De haberlo sabido quizá no lo hubiese hecho, ya que 10 minutos después el delantero cometía una falta al borde del área que era castigada con una nueva amarilla y la consecuente expulsión para dejar en inferioridad a sus compañeros.

En el tramo final del partido, los discípulos de Rozada apretaron en busca del empate. El cerco al área de Óscar Santiago no tardó en establecerse y las acometidas era constantes, aunque es cierto que ninguna de ellas encontró camino de la portería. El Racing guardaba como oro en paño el 0-1 y se limitaba a guardar el orden defensivo e intentar sentenciar en algún contragolpe, pero el marcador ya no se movió más.