Madrid,

Modem Press

Pasa a la página siguiente

Todos sus amigos lo destacaban tras su fallecimiento el pasado martes: «José Luis era el verdadero aglutinador de los asturianos en Madrid». Ayer, el gijonés José Luis Álvarez Margaride volvió a congregar en torno así a la colonia asturiana de la capital que se acercó, emocionada y triste por la pérdida de su amigo, hasta la capilla del tanatorio-cementerio Parque de la Paz de Tres Cantos para darle su último adiós y arropar a la familia más cercana de quien fuera presidente de la multinacional Thyssenkrupp para España, Portugal e Iberoamérica.

La viuda de Margaride, Carmen Marcos Buschek; sus hijos, Luis, Xana y Carmen, y su hermano, Roberto, recibieron ayer las condolencias de decenas de amigos y conocidos de quien todos calificaron como «un gran empresario y, sobre todo, una excelente persona». La capilla del tanatorio de La Paz se vio abarrotada de todos aquellos que quisieron despedir al hombre que naciera hace 71 años en Gijón, en el barrio industrial de El Natahoyo, y adonde volverá, tras ser incinerado, ya que siguiendo su expreso deseo sus cenizas serán esparcidas en su ciudad natal, con la que mantenía intensos vínculos y complicidades.

Menudearon ayer en Madrid y en Asturias las palabras de elogio y también las emociones de quienes trataron más de cerca al economista gijonés, fallecido el martes en la capital de España tras padecer un linfoma. El jurista y ex ministro de Educación Aurelio Menéndez no pudo reprimir la emoción en el tanatorio y las lágrimas afloraban en su rostro cuando, a preguntas de los periodistas, recordaba así a Álvarez Margaride: «Un hombre excepcional, con una inteligencia privilegiada y con una capacidad de trabajo increíble, pero, sobre todo, una gran persona... He perdido a un gran amigo y siento mucha pena».

Quien también fuera preceptor del Príncipe de Asturias durante su adolescencia remarcó el entusiasmo que José Luis Álvarez Margaride ponía, junto a Matías Rodríguez Inciarte, con su actividad al frente de la asociación que él mismo fundó: la denominada APQ (acrónimo de Asturias Patria Querida) y que reunía todos los meses, en torno a una mesa, a relevantes empresarios de origen asturiano residentes en Madrid, formando lo que se vino en denominar en su día el «lobby asturiano en Madrid».

Desde primera hora de la mañana fueron numerosas las personas que se acercaron hasta la capilla ardiente. Uno de los primeros en llegar para mostrar sus condolencias a la familia fue el empresario, ex presidente de la Fundación Príncipe de Asturias y actual presidente del patronato del Museo del Prado, Plácido Arango, quien coincidió en el tanatorio con el actual presidente de la Fundación, Matías Rodríguez Inciarte. «Es una gran pérdida para España y para Asturias. La región le debe mucho», afirmó Arango, «porque cuando Asturias necesitaba nuevas industrias él llevó la Thyssen a su tierra».

Rodríguez Inciarte, máximo responsable de la Fundación Príncipe, dijo sentirse «muy impresionado» por el fallecimiento de José Luis Álvarez Margaride. Lo recordó así: «Un entrañable amigo, una gran persona y una gran personalidad por la que yo tenía una enorme estima tanto por su labor profesional como por su amistad y al que voy a echar mucho de menos». Álvarez Margaride estuvo vinculado a los premios «Príncipe de Asturias» como miembro del patronato y también como jurado de los galardones.