Oviedo, J. C.

Liberbank, el banco liderado por la caja asturiana Cajastur (titular del 66%) y participado además por Caja Extremadura (20%) y Caja Cantabria (14%), es desde ayer el menor de los grupos bancarios españoles con vocación e implantación nacionales y la más pequeña de todas las fusiones de cajas de ahorros.

Cajastur, que era hasta 2009 la decimoquinta de las entonces 45 cajas de ahorro, protagonizó una rauda escalada en el «ranking» nacional, hasta el octavo puesto, cuando ese año adquirió el negocio de la caja manchega CCM. Acto seguido, en mayo de 2010, pactó su integración con Caja Extremadura, Caja Cantabria y Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). Este mayúsculo proceso de concentración dio lugar a un proyecto (Banco Base) que iba a erigirse en el quinto banco de España y en la tercera alianza de cajas de ahorros por volumen de activos (135.329 millones de euros).

Tras la expulsión de CAM por sus tres socios, Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria alumbraron el actual Liberbank, que nació en 2011 como decimoquinto grupo (52.000 millones de activos) sobre un total de 22 bancos y cajas. Por debajo se situaban Ibercaja, Unnim, Banco de Valencia, Caja 3, Banca March, Caixa Ontiyent y Caixa Pollença, además de las cajas rurales.

Desde ayer, y tras los últimos movimientos de concentración, Liberbank ya es la fusión de cajas más pequeña de España y el menor de los bancos del país con vocación nacional. Por debajo están el Banco de Valencia, la cooperativa Caja Laboral y el Banco March (todos ellos, circunscritos a determinadas áreas geográficas, y el primero a punto de ser absorbido), las cajas rurales y las dos únicas cajas que persisten como tales: las diminutas Ontiyent y Pollença.