Madrid, Agencias

«Vamos a ir a por todas. Estos actos no quedarán impunes». Esa fue advertencia que lanzó ayer Antonio Brufau, presidente de Repsol, que anunció que reclamará a Argentina, al menos, 10.500 millones de dólares (8.000 millones de euros) por el «expolio» de YPF, la nacionalización del 51% del capital de la filial de la petrolera española. El Ejecutivo argentino adelantó ya que no está dispuesto a pagar esa cantidad. El Gobierno español buscó ayer el apoyo de sus aliados frente a Argentina y aplazó hasta el Consejo de Ministros del viernes las posibles medidas de represalia: de tipo comercial, industrial, energético y diplomático, anunció. Las acciones de Repsol cayeron ayer un 6%. La petrolera se dejó así unos 1.300 millones de su valor bursátil.

La Unión Europea (UE) dio ayer su pleno respaldo a España en el caso de la expropiación a Repsol de la petrolera YPF y anunció que estudia todas las posibles opciones para responder a esta medida, aunque actualmente carece de una base jurídica sobre la que actuar contra Argentina. La portavoz comunitaria Pia Ahrenkilde indicó que la nacionalización de YPF sería «ilegal» si no se establecen las compensaciones adecuadas, e informó de que la CE ha suspendido una reunión de altos funcionarios comunitarios y argentinos programada para los próximos días 19 y 20 en Buenos Aires. En concreto, se trataba del X Comité Conjunto UE-Argentina, que se celebra periódicamente en el marco del acuerdo de cooperación económica y comercial que firmaron en 1990. También el Fondo Monetario Internacional (FMI) criticó la actuación argentina. El consejero del departamento de investigación Thomas Helbling afirmó que las nacionalizaciones empeoran el clima de inversión y perjudican el crecimiento.

Sin embargo, desde Brasil, la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, evitó pronunciarse, una postura que decepcionó al Gobierno español. José María García-Margallo, ministro de Asuntos Exteriores, reconoció que la respuesta de Clinton «no ha sido todo lo entusiasta» que esperaba. El ministro español criticó en estos términos la decisión del Ejecutivo argentino: «Se han dado un tiro en el pie» con su decisión de expropiar YPF. Horas más tarde García-Margallo tuvo que pedir disculpas y asegurar que esa expresión no tenía un doble sentido, después de que algunos senadores le reprocharan el mal gusto de su frase, en relación al suceso que sufrió el pasado día 9 el nieto mayor de los Reyes, Felipe Juan Froilán, cuando recibió un disparo de escopeta en su pie derecho mientras estaba con su padre, Jaime de Marichalar, en una finca de Soria.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó que la expropiación de YPF es un conflicto que no sólo perjudica a Argentina sino que también puede desprestigiar «a toda América Latina». «Lo que le ha pasado a una empresa española se puede pensar que le puede ocurrir a cualquier otra inversión», dijo.

Más duro fue el presidente de Repsol. Según Brufau, el movimiento del Ejecutivo argentino responde a una estrategia para tapar la crisis social y económica que azota a su país, consecuencia, advirtió, entre otros motivos, de algunas malas decisiones en política energética. «Vamos a pedir lo que tenemos derecho y lo que pagamos en su momento, que fue mucho más de la cotización porque los cálculos así lo daban. Nuestra reclamación económica estará basada en ese precio (8.000 millones)». Unas horas después el Gobierno argentino replicaba a la petrolera que no estaba dispuesto a pagar esa cantidad de dinero. El viceministro económico del país, Axel Kicillof, advirtió de que revisaría «desde adentro» el «valor real» de la empresa. Y aseguró que Repsol deberá de pagar por «daños medio ambientales».

Brufau, en su comparecencia, también criticó que «la presidenta de Argentina ha realizado un acto ilegítimo e injustificable tras una campaña de acusaciones dirigida a derrumbar la acción de YPF y permitir una expropiación a precio de saldo». «Imagino que el Gobierno argentino intentará no cumplir con lo que tiene que hacer», lamentó el presidente de la petrolera, quien ironizó con la separación de poderes en el país y que anunció que recurrirá al arbitraje internacional. «Me gustaría creer que la decisión no es irreversible, pero no soy optimista», aseguró. Brufau auguró una «dura y larga» batalla de hasta dos años hasta que el conflicto se solucione y lamentó que la presidenta de argentina no se haya reunido con él. El siguiente paso que dará Repsol será demandar a Buenos Aires ante el Banco Mundial por la expropiación. Eso sí, descartó de plano que la decisión de Argentina vaya a provocar una subida en el precio de los carburantes en España. Según Brufau, en ningún momento la producción de YPF ha sido enviada a España, por lo que no afectará a los precios. Las acciones de Repsol cayeron el 6% y las de Sacyr, accionista cualificado, el 5,9%.