Oviedo / Madrid,

Agencias / L. G.

El Ministerio de Industria ha reconsiderado su idea de aplicar un nuevo tributo sobre la gasolina y el gasóleo para financiar con la recaudación las subvenciones que reciben las energías renovables y contener así el enorme déficit del sistema eléctrico español. El llamado «céntimo verde» gravará en cambio el gas natural, elevando presumiblemente la factura que pagan en España casi 7,3 millones de consumidores, entre ellos más de 200.000 familias y negocios asturianos.

El departamento del ministro José Manuel Soria quiere incluir la llamada «fiscalidad verde» en la reforma energética que se ha comprometido a abordar el Gobierno. El propósito capital de esta reforma es frenar el llamado «déficit tarifario», una deuda acumulada con las compañías eléctricas que va camino de los 30.000 millones de euros por el desfase entre los gastos y los ingresos del sistema. Soria ha puesto sobre la mesa la aplicación de una tasa sobre la facturación de las compañías generadoras, variable según el tipo de tecnologías. Y el ministro había propuesto también un gravamen de hasta 5 céntimos sobre el precio de los carburantes. El Gobierno pensaba recaudar con este último tributo en torno a 1.500 millones de euros, de acuerdo con las primeras estimaciones.

Según informó ayer la agencia «Europa Press» citando fuentes gubernamentales, Industria ha desistido finalmente de actuar sobre los combustibles de automoción. Esas mismas fuentes atribuyen la decisión a que el sector de los carburantes ya realiza un intenso esfuerzo fiscal que además se verá incrementado en septiembre con la subida del IVA. El tipo impositivo de este tributo pasará del 18% al 21% para gasolinas y gasóleos. Los impuestos suponen hasta el 48% del precio de los carburantes, gravados por el IVA, el impuesto especial de hidrocarburos y el impuesto sobre las ventas minoristas («céntimo sanitario»), con un tramo estatal común a todas las regiones y otro autonómico que se aplica en casi todas.

Ante la posible irrupción del «céntimo verde», las operadoras de productos petrolíferos habían puesto el grito el cielo, alertando de que la alta presión fiscal sobre gasolinas y gasóleos estaba mermando el consumo y de que un nuevo aumento en los precios por esa vía dañaría la competitividad de la economía española.

Los carburantes no se encarecerá por efecto del «céntimo verde», pero sí lo harán en Asturias a través del «céntimo sanitario». El plan de ajuste del Gobierno regional de Javier Fernández incluye un aumento de este recargo, que pasará de 2 a 4 céntimos por litro de gasóleo y de 2,4 a 4,8 céntimos por litro de gasolina. El Principado liberará del pago a los transportistas a través de una deducción.

Las principales empresas eléctricas eran partidarias del gravamen sobre los carburantes. Arguyen, por ejemplo, que el precio de la electricidad es superior en España a la media europea, pero no los de gasolinas y gasóleos. Ahora, el cambio de criterio del Ministerio de Industria reorienta el recargo fiscal hacia los grupos eléctricos. Todos ellos comercializan gas natural, el combustible que sí va a estar afectado por el «céntimo verde». Ayer no trascendió cuál puede ser el impacto económico del tributo sobre los suministros de gas, pero se da por hecho que las compañías trasladarán ese efecto a la factura que pagan los consumidores. Las empresas que venden gas natural tienen 7,3 millones de clientes, la gran mayoría hogares. En Asturias, el número de pequeños consumidores supera los 200.000.

El cambio en los planteamientos de Industria llega cuando la reforma energética arrastra meses de retraso, imputables a la complejidad del sistema eléctrico y a las dificultades para dar con salidas para el problema del «déficit tarifario», pero también a las presiones empresariales y a las diferencias que han aflorado dentro del Gobierno. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se ha mostrado receloso con el plan de José Manuel Soria de aplicar gravámenes de naturaleza fiscal para tapar los agujeros de la tarifa de la luz. El Ejecutivo se dispone finalmente a aplicar algún tributo, aunque no descarta ir directamente a un recorte de las primas que cobran los productores de energías renovables. El plan debe ser aprobado en las próximas semanas.

El nuevo gravamen o «céntimo verde», pensado para financiar los costes de las energías renovables, sí se aplicará a las compañías que comercializan gas natural. El impuesto, de una cuantía que aún no ha trascendido, será con seguridad repercutido en los recibos que pagan los consumidores. En la actualidad, los consumos de gas natural están gravados por el IVA (18% que subirá al 21%). No se ha precisado tampoco de momento si ese mismo tributo afectará al consumo de gas butano.