Ramón Posada Corrales, de 50 años, lleva toda la vida subido a los andamios. Hace tres años la crisis le dejó en el paro y hasta hoy. «Empecé a trabajar a los 16 años, cribando camiones de arena. Lo mío, es la paletilla y el cemento. Soy oficial de segunda», dice. «Me quise apuntar a unos cursillos que organiza el Ayuntamiento pero no pude, pues me pedían la ESO», señala. Vecino de Andrín, mata el tiempo «entrenándose» en su casa para no olvidar el oficio. Informa E. GRACIA.

Santiago Martínez tiene 40 años y lleva seis meses en paro. Su currículo hace referencia a una larga trayectoria en el sector naval e industrial, pero en los tiempos de crisis, «nada es suficiente». Este luarqués tiene una dilatada experiencia como 'tubero' en diferentes compañías punteras, «pero parece que aquí no se valora la movilidad empresarial». Ahora está a la espera del repunte de los astilleros occidentales para ver si surge una posibilidad. En caso de no tenerla, «ya pienso en emigrar».

La mierense Ana Isabel Prieto, de 23 años, comenzó a trabajar el pasado jueves tras varios meses en paro. «He tenido suerte, pero lo que está pasando es todo culpa del Gobierno, con recortes no vamos a ninguna parte». En su caso, ha tenido «suerte» de encontrar un trabajo en el sector hostelero, aunque sea con contrato temporal. «Tenía en mente otra cosa, pero ahora hay que coger lo que salga y luchar para no perderlo», comenta la joven, recién salida de las oficinas del Inem.

Cristian Cordero, de 27 años, ve el futuro negro. Asegura llevar más de cuatro años engrosando las listas del paro en Asturias y no tiene visos de que la situación cambie en un futuro inmediato. Mientras busca algún empleo en el sector del transporte, afirma que realiza alguno de los cursos que organiza la oficina de Inem de la calle González Abarca de Avilés, donde tiene que fichar. «No me llaman de ningún sitio», afirma Cristian Cordero, vecino de Las Vegas (Corvera).

Daniel Pérez, de 24 años y de Los Campos (Corvera), lleva más de dos años buscando trabajo en el sector del mantenimiento. Su último empleo, que duró cuatro años, fue en el Aeropuerto de Asturias. Ya se le acabó la prestación por desempleo y ahora está estudiando para sacar el graduado en ESO. Mientras tanto, sigue mandando currículos, «pero no llama nadie». «He tenido que volver a vivir a casa de mi madre ya que antes vivía solo», asegura el joven corverano.