Severino García Vigón manifestó, tras el desenlace de la junta directiva de la FADE, que «no tiene por qué» producirse una fractura en la patronal asturiana. «Máxime tras como han ido las votaciones, totalmente democráticas y sin ningún tipo de cortapisas», declaró. «Esta etapa se acabó, ahora hay que mirar para adelante», añadió.

Los partidarios del relevo en la presidencia de FADE sumaron el 35% de los votos en la junta directiva e incluyen a la mayoría de los diez miembros del comité ejecutivo, órgano restringido «de apoyo y asesoramiento» al presidente de la organización, cuyos integrantes fueron nombrados por el propio García Vigón. Éste evitó precisar ayer si piensa remodelar ese órgano y relevar a los miembros críticos. El pasado abril, el líder de la patronal amagó con destituir a los directivos que había pedido su renuncia en el comité ejecutivo. Algunos también amenazaron entonces con la dimisión. Ayer se consumó la de Ángel Antonio del Valle, presidente de Duro Felguera.

Durante su intervención ante la junta, Vigón se refirió al acuerdo que el 19 de abril tomó ese comité para pedir la dimisión sin demora del presidente de la FADE. «Quizás el comité se pronunció así debido a una sensibilidad especial por lo que había pasado en la CEOE, pero seguramente lo hicieron con las mejores intenciones y queriendo lo mejor para la FADE», dijo García Vigón, en alusión también a la crisis que se produjo en la patronal nacional por los problemas empresariales de Gerardo Díaz Ferrán.