La negociación del plan de cierres fabriles y reducción de empleo de las factorías españolas de Coca-Cola está estancada. A sólo tres reuniones para el fin del periodo de consultas del expediente de regulación de empleo (ERE), no hay avances. Las posiciones están enquistadas.

El bloqueo quedó ayer patente cuando, por segundo día consecutivo, la empresa mantuvo en pie el propósito de cerrar cuatro de sus once fábricas españolas (las de Colloto, Madrid, Alicante y Mallorca) y los sindicatos ratificaron su rechazo frontal a negociar la clausura de fábricas y los despidos. La empresa insistió en que, de no haber acuerdo antes del próximo viernes, día 21, aplicará de forma unilateral el ajuste. Los sindicatos, que ya formularon denuncias ante la Dirección General de Trabajo y la Inspección del Trabajo, se reservan la impugnación judicial del ERE, que alguna de las organizaciones sindicales considera ilegal e inmotivado.

La empresa aportó ayer nueva documentación pero los sindicatos se negaron a recogerla mientras no retire el ERE y renuncie a los cierres. La pretensión de los sindicatos es sentarse a negociar planta por planta "lo que haga falta", pero sin cierres y sin un expediente genérico para el grupo sin diferenciar las situaciones diferenciadas de cada centro de trabajo. Según manifestaciones verbales que se hicieron durante la reunión, en la documentación nueva la empresa podría plantear que, de las 481 recolocaciones previstas, 127 se harían sin traslados y que los 350 despidos se reduzcan a 250.

Algunos de estos datos, aportados por fuentes sindicales, coinciden con los que el presidente de Coca-Cola España, Marcos de Quinto, adelantó ayer en "El Economista". De Quinto, máximo representante de la multinacional estadounidense en España, viene sosteniendo que Coca-Cola es ajena al ajuste de su envasador español, Coca-Cola Iberian Partners. Sin embargo, es De Quinto quien ahora desvela los planes del envasador y quien anuncia que Iberian Partners saldrá a bolsa tras el ERE para captar capital con el fin de expansionarse internacionalmente como embotellador. El grupo Coca-Cola mantiene que quiere negociar y buscar un acuerdo generoso, pero considera irrenunciables los cierres.