Santiago Menéndez (Gijón, 1959), director de la Agencia Tributaria, habla con devoción de Asturias. "Vengo poco por aquí, mi mujer prefiere el sol del Sur y ahí tengo la discusión perdida", lamenta. Aunque nacido en Gijón, asegura que lleva con orgullo el origen de su familia "cerca del bosque de Muniellos y la cuenca del Narcea". Menéndez participó ayer en el congreso anual de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda que se celebra en su ciudad natal. En su intervención, sacó pecho con las cifras de lucha contra el fraude fiscal (cerca de 16.000 millones en 2015) y explicó que tiene el encargo del Gobierno en funciones de recaudar mil millones extra de defraudadores para contribuir a la reducción del déficit público. En esta entrevista, evita la controversia sobre el impuesto de sucesiones, tan viva en Asturias últimamente.

-El Gobierno le ha pedido que recaude mil millones más en la lucha contra el fraude. ¿Hay mucha presión?

-Presión ninguna. El Gobierno dirige la política y en la lucha contra el fraude nos dice que hay que hacer un esfuerzo, y lo estamos intentando.

-¿En qué vertiente se va a intensificar el control antifraude ?

-Esa presión se intensifica en todas las actuaciones. El único truco es trabajar y lo único que hay que hacer es esforzarse un poquito más. Los funcionarios de la Agencia son muy generosos; a menudo dedican más tiempo al trabajo del que les corresponde.

-En Asturias hay mucha controversia por las desigualdades territoriales en el impuesto de sucesiones, considerado muy alto en la región. ¿Habría que armonizar ese tributo?

-Es una competencia de las comunidades autónomas. Cada una legisla como ve conveniente.

-Hay quien acusan a Madrid de ser un paraíso fiscal, y se dice que muchos asturianos se van a vivir allí en busca de pagar menos impuestos.

-Madrid paraíso fiscal no es; paraíso sería un territorio donde no habría posibilidad de acceder a la información. Por tanto no lo es. Tampoco lo es en sentido figurado. Cada comunidad es autónoma y legisla. Estamos en la Unión Europea y hay libertad de movimiento de personas y capitales. Lo que no puede hacer un contribuyente es decir que se deslocaliza, pero en términos fiscales seguir residiendo donde estaba. Eso tenemos que investigarlo.

-El adelanto aprobado por el Gobierno del impuesto de sociedades no ha sentado bien entre los empresarios.

-No es más que un pago a cuenta de la liquidación que se va a hacer. A todos los que tenemos nómina nos van descontando mes a mes el IRPF, y luego lo ajustamos al año siguiente.

-¿Se ha aprovechado para aumentar el control sobre el impuesto de sociedades?

-No se está aumentando como consecuencia de haber cambiado la legislación, se hacen actuaciones de control continuamente. Éstas tienen un periodo de planificación muy grande. Cuando se llega sobre un contribuyente hay detrás un trabajo enorme.

-¿Hay algún sector prioritario ahora mismo?

-Eso es algo que se publica cada año en el "Boletín Oficial del Estado", pero la planificación en la Agencia lleva muchos años. Además, a través de nuestra web se pueden hacer denuncias anónimas. Durante el año pasado se presentaron 10.000 y casi mil acaban en un acta de inspección.

-¿Le sorprendió el caso del sindicalista José Ángel Fernández Villa, descubierto a raíz de la amnistía fiscal de 2012?

-De contribuyentes concretos nunca hablamos. Manejamos mucha información de muchísima gente. Juicios éticos y morales no podemos hacer ninguno.

-Los autónomos se quejan de que la presión fiscal recae sobre ellos y que es más laxa con las grandes corporaciones.

-La lucha contra el fraude proviene de la intensificación de las actuaciones sobre los grandes contribuyentes y la economía sumergida. El número de recursos que dedicamos a controlar a los grandes contribuyentes es elevadísimo. Lógicamente, las comprobaciones son distintas; no son lo mismo actuaciones que hemos hecho, como entrar en discotecas, que comprobar la situación de un gran patrimonio.

-¿Por qué esos registros a discotecas?

-Siempre se han hecho, pero las estamos potenciando. El modelo de control va evolucionando, hay que hacer algo más, y no son un capricho. Es muy importante cómo recabar la información. En un registro que se hizo hace años se entró en una oficina, estaban todos los trabajadores allí, y el ordenador estaba encendido y los inspectores vieron cómo el ratón se movía, sin que nadie lo manejara. Alguien en remoto lo estaba controlando.

-¿Sería eficaz suprimir el sistema de módulos de los autónomos?

-Se modificó ya. El problema con este tema es la facturación falsa, que se puede inflar la actividad. Había casos en los que se hacía y exigía mucho control. Para los pequeños contribuyentes tener un régimen simplificado de módulos facilita mucho su labor.

-El futuro de las pensiones está en el aire, ¿hay que suplirlas con aumentos de impuestos?

-En esta legislatura se ha hecho un enorme esfuerzo por reconducir la situación de las cuentas públicas y del déficit y se ha hecho con un enorme esfuerzo de los ciudadanos. Las pensiones no sólo no han bajado, sino que aumentaron un 0,25% en los momentos más difíciles. Se buscarán soluciones, seguro.

-¿Qué le parecen los planes del Gobierno catalán de crear allí una Hacienda propia?

-Agencias tributarias hay muchas, lo que no puede hacer es invadir competencias de otros.

-¿Ha mejorado la imagen de la Agencia Tributaria?

-En las encuestas del CIS, los ciudadanos valoran muy positivamente todo lo que es la asistencia de ayuda que aportamos. No tienen la misma percepción respecto a la lucha contra el fraude, pero creo que eso está mejorando.

-¿Son suficientes los medios de la Agencia?

-Lo importante es que se usen de manera eficiente.

-¿En Asturias es necesario aumentar plantilla?

-En Asturias precisamente está bien reforzada. Es muy difícil venir; hay mucha gente que quiere hacerlo y no tiene plaza.