La plantilla de Capsa en Granda (Siero) secundó ayer la primera jornada de paro de una movilización de carácter indefinido y discontinuo que pretende parar la producción láctea los martes, jueves y sábados de cada semana. El presidente del comité de empresa, José Ramón Urbano, destacó que el seguimiento de la primera jornada "fue total" y que la plantilla está "con el ánimo alto" y mentalizada de que "el conflicto va para largo".

Pese a la huelga, la recogida de leche en las explotaciones agrarias asturianas se realizó ayer con normalidad y la producción se mantuvo en el resto de plantas de Capsa, según señalaron fuentes de la empresa.

La representación sindical de los más de 700 trabajadores de la factoría de Granda insistió ayer en sus denuncias sobre el traslado de producción de leche hacia Galicia, la apuesta por la marca Larsa en detrimento de Central Lechera Asturiana y el deterioro de las relaciones laborales, con veinte expedientes, doce sanciones y un despido en lo últimos meses.. El conflicto de Capsa comenzó meses atrás por discrepancias sobre la actualización de los salarios en el nuevo convenio. La plantilla reclama que la recuperación económica se traduzca en aumentos salariales y desde el pasado mes de febrero ya se han secundado en la factoría 16 jornadas de huelga. Ahora la movilización es indefinida.

Desde la compañía se niega que haya deslocalizaciones de producción en la factoría de Granda, se destaca que el volumen crece por encima de lo pactado en el convenio y que los salarios de la plantilla son de media el 85% superiores a los del convenio sectorial y un 57% por encima del de otras empresas competidoras.