La Fiscalía advierte, en su Memoria de 2014, acerca de la "sobreutilización" de la pena de prisión frente a otras como los trabajos para la comunidad, ya que siendo España uno de los países de la UE con menor tasa de criminalidad tiene una de las poblaciones reclusas más altas. A finales del pasado año, las cárceles españolas acogían a 65.017 reclusos, un 2,6% menos que en 2010.