Una pareja de novios cumplió ayer su sueño al contraer matrimonio civil en un globo, sobrevolando Segovia, a unos 200 metros de altura, en una barquilla que ha hecho las veces de despacho nupcial para el concejal oficiante y los testigos. El pamplonica Julio López, de 68 años, y la holandesa Wilma Staal, de 60, viven juntos desde hace 28 años, pero para oficializar su unión que querían una boda distinta, a raíz de que realizaran un crucero alrededor del mundo. El retraso se debió también a problemas económicos, aunque no tenían demasiada prisa, según comentaron sus allegados.

Todo comenzó muy pronto, sobre las ocho de una mañana fría. Después de que la vela se llenara de aire caliente, junto con el piloto y la pareja de contrayentes se elevaron hasta ocho personas más, padrinos y testigos, así como el concejal que ofició la boda, el responsable de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Segovia, Andrés Torquemada (PSOE).

Nada más despegar, la novia se dio cuenta de que se había dejado en el coche el bolso con los anillos, pero una rápida reacción del piloto hizo posible que quienes permanecían en tierra sujetaran los cabos y bajaran la nave. Con viento de Noroeste, el piloto colocó el globo a unos 200 metros de altura (656,16 pies) con el objetivo de no salirse del término municipal de Segovia, que es donde tiene poderes el concejal oficiante.

Vestidos de calle, los novios escucharon de boca de Torquemada los correspondientes artículos del Código Civil y el poema «Espérame», de Benjamin González. La novia portaba un ramo de flores confeccionado principalmente a base de margaritas. También rozando el cielo, en la barquilla de mimbre, los novios se intercambiaron los anillos y firmaron el acta matrimonial.