C. JIMÉNEZ

El futuro del cáncer de mama avanza hacia tratamientos oncológicos personalizados y menos prolongados en el tiempo que permitan incrementar la calidad de vida de las pacientes. El oncólogo del Hospital de Cabueñes, Roberto Fernández, y el jefe de radioterapia del Hospital de Jove, Germán Juan Rijo, coincidieron en una jornada organizada por la vocalía de la Mujer de la Federación rural «Les Caseríes» en la conveniencia de eliminar el estigma de muerte y sufrimiento que acompaña a esta patología.

«Hay cura para todo, es una lucha de la que se sale», sostiene Mari Cruz Amezaga, a quien le diagnosticaron hace más de 30 años cáncer de mama. Hoy ayuda a muchas mujeres que viven esa misma situación. No obstante, considera necesario que en cada centro de salud exista apoyo psicológico para preparar a todas aquellas féminas que van a recibir un tratamiento oncológico. Y ese apoyo, dice María Cruz, debería ser el de una mujer, «porque sólo ella conoce realmente el alma femenina».

El doctor Juan Rijo confirma que la disposición de un equipo psicológico es la asignatura pendiente de los servicios de oncología. Aunque los tratamientos tienen un daño orgánico, el jefe de radiología del Hospital de Jove insta a evaluar también el daño psicológico, que puede perdurar más en el tiempo que los propios daños físicos que acompañan a la enfermedad, añade.

«Las mujeres deben estén preparadas para el tratamiento que van a recibir, un punto en el que vuelve a ser necesaria la presencia del psicólogo», sostiene Mari Cruz. «Hoy cáncer no es sinónimo de muerte, hay que enfocar la vida de forma que pienses que cada día que vives es único», relata esta paciente. De la misma opinión es la enfermera de oncología en el Centro Médico, Diana Oliveira, quien aboga por trabajar la comunicación con los enfermos de forma que exista una química entre los servicios médicos y el enfermo. «Hay que transmitirles tranquilidad y confianza», sentencia. Y también explicar los efectos secundarios del tratamiento.

Radiólogos y oncólogos destacan que se ha logrado reducir de manera importante la toxicidad en buena parte de las terapias oncológicas. Cada año se diagnostican en España 16.000 nuevos casos de cáncer de mama, 59 por cada 100.000 habitantes y entre 150 y 170 en el área sanitaria V en Asturias. Pese a todo, las últimas estadísticas invitan a la esperanza. «Por primera vez la incidencia del cáncer de mama ha disminuido y la tasa de supervivencia en España se sitúa ya cerca del 81% casi dos puntos por encima de la media europea», indicó Fernández.