F. DELGADO / M. CASTRO

El empresario minero Fernando Luis García Brugos, máximo accionista de Mina La Camocha y propietario de minas de espato-flúor en La Collada (Siero) y Villabona y de azabache en Oles (Villaviciosa), falleció el pasado viernes en la Clínica Universitaria de Pamplona, donde recibía tratamiento tras haberle sido diagnosticado hace unos meses una grave enfermedad.

El funeral se celebró el pasado domingo en la iglesia parroquial de Orzonaga (León), en cuyo cementerio recibió posteriormente sepultura. Al sepelio acudieron personas vinculadas al mundo de la minería, incluyendo directivos y sindicalistas de Asturias y de León, además de antiguos y actuales cargos de varios partidos políticos, explicaron asistentes al acto fúnebre.

Originario de La Vecilla de Curueño (León), donde nació hace 57 años, Fernando García Brugos era padre de cinco hijos de dos matrimonios. Estudió ingeniería de minas en Madrid, licenciándose en la promoción de 1976. Durante un breve periodo de tiempo trabajó por cuenta ajena en empresas de La Felguera y de Cangas del Narcea, hasta que se hizo cargo de una pequeña explotación minera leonesa, propiedad de su padre.

Además de los negocios que aún le quedaban en Asturias, Brugos también explotó las minas Hullas del Coto Quirós, ahora cerrada, y González y Díez, hoy vinculada a otro empresario minero leonés, Victorino Alonso.

En la actualidad, Fernando Luis García Brugos mantenía en explotación una mina de carbón próxima a la localidad de Guardo (Palencia); Carbones de San Isidro y María, a través de la que controlaba accionarialmente Mina La Camocha. García Brugos también contaba con negocios de canteras y piedra ornamental en Castilla y León, en Logroño y en Cantabria. Hace tiempo tuvo otra explotación de piedra en Canarias, ya cerrada.

Como empresario, su gestión estuvo rodeada de polémica, especialmente en los últimos años en Mina La Camocha, donde se investigan supuestas irregularidades en las ayudas públicas al carbón nacional, además de supuestas irregularidades fiscales y en la quiebra de la explotación gijonesa.