Profesor de saxofón del Conservatorio Superior de Música del Principado, ha impartido clases magistrales en Gran Bretaña

Eduardo G. SALUEÑA

Antonio Cánovas (Totana, 1979) es profesor de saxofón en el Consmupa, al igual que licenciado en Historia y Ciencias de la Música por la Universidad de Oviedo y colaborador habitual de formaciones orquestales como la OSPA, Oviedo Filarmonía y la Osigi. Recientemente ha tenido la oportunidad de impartir clases magistrales en diversas ciudades del Reino Unido, incluyendo recitales con su dúo «Saxperience», junto a la pianista y también profesora del Conservatorio del Principado Elena Miguélez. A su regreso, Antonio Cánovas comparte algunas de sus impresiones con LA NUEVA ESPAÑA.

-¿Cómo valora su reciente experiencia musical y pedagógica en el Reino Unido?

-La cultura y la música españolas tienen mucho tirón fuera de nuestras fronteras, lo que ha contribuido a nuestra buena acogida allí. Además de los placeres meramente profesionales, desde el punto de vista personal cualquier viaje y experiencia en el extranjero siempre es enriquecedora. Un aspecto importante son las relaciones sociales, ya que se convive durante varios días con músicos, alumnos y profesores con los que se comparten inquietudes, conocimientos y experiencias. Asimismo, es interesante también evaluar y comparar diferentes sistemas pedagógicos y metodológicos a los empleados en España, lo que permite un reciclaje como profesor y una revalorización de aquellos planteamientos que funcionan en España, al igual que la posibilidad de adopción de ideas y prácticas interesantes que proceden de fuera. En esta profesión es vital permanecer receptivo y ser muy flexible a la hora de recibir todas aquellas innovaciones y mejoras que se puedan producir, lo que permite ofrecer al alumno la necesaria calidad formativa para ser competitivo una vez acabada su carrera.

-¿Qué tipo de repertorio han escogido para la ocasión y cómo ha sido la recepción?

-Decidimos confeccionar un programa íntegramente dedicado a la música española, pensando en la dificultad para acceder a estas piezas fuera de España. Algunas de estas obras no son fáciles de encontrar en las programaciones, ni siquiera, de nuestro país. Nos decantamos por una transcripción de las «Siete canciones populares», de Manuel de Falla; «Memorias», de Pedro Iturralde; «Homenatge a Lorca», de Joan Albert Amargós, y la «Sonata onírica», de Fernando López Blanco. Por otra parte, es muy poco común encontrar esta formación de dúo en ciclos de música de cámara, por lo que suelen llamar mucho la atención de los aficionados, quienes se suelen sorprender a nivel tímbrico.

-Además de «Saxperience», ¿participa en más agrupaciones de cámara?

-Sí. «Saxtime» es un cuarteto de saxofones formado hace 6 años junto a tres de mis antiguos alumnos. Esta plantilla es otra gran desconocida por el gran público, quizá porque a la hora de programar es más habitual ver un cuarteto de cuerda. Desconozco si el motivo es el desconocimiento, la rentabilidad comercial o la desconfianza a la hora de introducir nuevas formaciones y repertorios por parte de los programadores. Muchas veces se piensa que este tipo de cuartetos encaja mejor en ciclos de música contemporánea, pero la realidad es que el cuarteto de saxofones tiene un enorme potencial más allá de estos circuitos. Se pueden escuchar transcripciones de obras procedentes de otros períodos de la historia de la música, además de una gran cantidad de composiciones contemporáneas escritas para esta formación. La originalidad del repertorio es uno de los puntos fuertes de esta agrupación.

-Recientemente ha comenzado la elaboración de su tesis doctoral. ¿Ha escogido algún tema relacionado con su instrumento?

-Ésa era en principio mi idea, como hice en mi trabajo de investigación para la obtención del DEA (diploma de estudios avanzados), presentado en la Universidad de Oviedo: «La composición contemporánea para saxofón en la Generación del 51». Debido a la aparición del saxofón en 1840 y su lenta incorporación a las obras de música «culta», especialmente en España, siempre me interesó conocer de primera mano la génesis de este proceso de implantación en nuestro país, por lo que trabajé las obras para saxofón de grandes compositores de nuestra historia musical reciente, muchos de ellos aún vivos como Cristóbal Halffter, Luis de Pablo, Ramón Barce, Josep María Mestres-Quadreny, Agustín González Acilu o Carmelo Bernaola, a los cuales tuve la fortuna de conocer y a los que he de agradecer las horas de conversaciones, entrevistas y facilidades prestadas. Sin embargo, en la actualidad decidí abrir mi espectro investigador yendo más allá del instrumento, por lo que centré mi tesis en una de las compositoras actuales con mayor trayectoria en nuestro país, además de profesora de composición del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, Zulema de la Cruz.

-¿Cómo ha afectado la crisis a la música bajo la perspectiva académica?

-Actualmente vivimos un proceso de fuertes cambios que van a condicionar el futuro más inmediato de las enseñanzas musicales, tanto a nivel práctico en los conservatorios como a nivel teórico-analítico en el caso de la musicología. Con la adaptación de los planes de estudios para ajustarlos al nuevo Espacio Europeo de Educación Superior, concretado en el famoso «plan Bolonia», se pretende alcanzar un mayor grado de calidad, especialización e internacionalización, aunque debido a la situación económica actual me temo que estas reformas quedarán un tanto «descafeinadas», fundamentalmente por la escasez de recursos económicos y humanos. A esta situación hay que añadirle el progresivo incremento en las matrículas del alumnado de grado, posgrado y, especialmente, en el máster. También hay que subrayar que en España tenemos a grandes profesionales que, pese a las adversidades, consiguen desarrollar trabajos de gran calidad y que son reconocidos a nivel nacional e internacional. Por ello, tan importante es disponer de mayores medios y recursos como utilizar mejor los que están a nuestro alcance. Por desgracia, muchos de estos músicos e investigadores tienen que salir de España para poder desarrollar sus trabajos ya que aquí es inviable dada la situación.

-¿Considera más importante en su vida la labor docente o la interpretativa?

-Mi finalidad es alcanzar un equilibrio entre ambas facetas. Considero esencial que el docente mantenga una vida activa como intérprete, para mantenerse receptivo a la hora de descubrir nuevos repertorios a la vez que conserva viva la pasión con la que todo músico inicia su andadura en este mundo. Haber tenido la experiencia de tocar en un escenario frente al público es algo muy útil que llevas al aula y que tratas de hacer llegar a tus alumnos, preparándolos psicológicamente para cuando se enfrenten a esta situación. Todo ello, por supuesto, encuadrado dentro de una metodología que ha de ser flexible con respecto a cada circunstancia personal.

-¿Qué le hizo interesarse por el saxofón como instrumento?

-Comencé a tocar el saxofón con 8 años gracias al empuje familiar, sobre todo el de mi padre, saxofonista aficionado, aunque en mi familia los antecedentes musicales se encuentran también en mi bisabuelo, mi abuelo y mi tío, quienes tocaban el clarinete en las bandas de música del pueblo. Es fundamental tener un buen profesor los primeros años, porque son los que realmente generan la vocación, el interés y la pasión por el instrumento, además de fijar una buena técnica de base que será fundamental en tu evolución posterior. Es una pena que muchos grandes profesionales nunca figuren en los currículum de sus alumnos, prefiriendo éstos citar las clases que recibieron en un curso de verano con un gran concertista antes que referirse al profesor del pueblo que le hizo apasionarse por su instrumento. Los grandes profesores de talla internacional, los compañeros, los cursos, viajes y conciertos también son muy importantes, aunque lo fundamental en mi caso es no perder la chispa inicial, esa que hace que cada nota que tocas y cada proyecto que emprendes sean igual de emocionantes que el primer día.

-¿Cuáles son sus proyectos de futuro más inmediatos?

-A corto plazo impartiré un curso en el Conservatorio Prince Claus de Groningen, Holanda, a principios de marzo, donde es posible que ofrezcamos un concierto con el dúo «Saxperience». Con esta agrupación ofreceremos también un concierto en Oviedo a principios de abril junto al saxofonista francés Nicolas Woillard. Por otro lado, con el cuarteto «Saxtime» participaremos en el Festival de Música Española de León en junio, donde estrenaremos una obra del compositor Sebastián Mariné. También estamos cerrando un posible concierto con el Ensemble de Saxofones del Conservatorio en Belfort, Francia, también para junio.