J. M.

Los contadores de la estación ferroviaria provisional de Gijón, en funcionamiento desde el 31 de enero de 2011, no hacen más que ofrecer cifras a la baja, tanto en las cuentas de las operadoras Renfe y Feve -con pérdidas de miles de viajeros- como en las complicaciones financieras de Gijón al Norte -la sociedad impulsora del plan gijonés de vías y estaciones, sostenida con un crédito de 36 millones de euros-, como en el mantenimiento del túnel pasante que atraviesa el subsuelo de Gijón a 25 metros de profundidad desde el Parrochu, junto al Museo del Ferrocarril, hasta el campus universitario, a unos 4 kilómetros de distancia.

Que las cuentas van hacia abajo en todos los sentidos -salvo que Fomento reactivase el proyecto, cosa que por el momento no se espera-, lo prueba el dato de que Feve ha perdido entre enero de 2011 y enero de 2012 casi 400.000 euros de ingresos a causa del traslado de sus servicios a la estación provisional, distante un kilómetro de El Humedal, mientas que Alsa permanece en la vecina calle de Llanes. Unos 190.000 viajeros, según el comité de empresa, dejaron de subirse en Gijón a los trenes de vía estrecha durante el citado período para destinos como Laviana o Cudillero.

Otro contador imparable es el que señala cómo cada año son precisos 225.000 euros que el Ministerio de Fomento ha de pagar a una empresa para que mantenga seco y vigilado el citado túnel pasante. La suma de ambas cifras se acrecienta con las pérdidas de Renfe, inferiores a la de Feve pero reconocidas por la compañía, más los gastos financieros de Gijón al Norte para abonar el referido crédito de 36 millones. No obstante, la sociedad gestora del plan -constituida por Ministerio, Principado y Ayuntamiento- confía en que antes de fin de año se produzca la desafección de los suelos del plan, ya limpios de vías, de catenarias y de la estación de Jovellanos. Se trata de 168.000 metros cuadrados en posesión del ADIF (Administrador de Infraestructuras de Renfe) y de Feve. Según el Plan General de Ordenación (PGO) de Gijón, tales suelos darían para construir entre 1.400 y 1.600 viviendas, que en principio se calificaron como de «alto standing» y con un precio de venta de 300.000 euros por piso, según claros parámetros de la burbuja inmobiliaria. Pero si bien es cierto que con dicha transmisión de terrenos Gijón al Norte recibiría un patrimonio que avalase su solvencia, otro contador juega a la contra: el del mercado inmobiliario, sometido a un derrumbamiento cuyo fondo aún no se conoce. No obstante, Gijón al Norte es una sociedad optimista, ya que en enero de este año anunciaba que dichos terrenos sólo habían perdido un diez por ciento de valor, según una empresa tasadora. La cifra le pareció increíble al sector inmobiliario gijonés, pero Pedro Sanjurjo -concejal socialista de Urbanismo antes de la llegada de Foro a la Alcaldía- aseguró que los terrenos aún eran valorables en 255 millones de euros, cantidad suficiente para encarar la operación por la parte que tocaba a Gijón.

Sin embargo, la parte del león del plan de vías recae principalmente sobre el Ministerio de Fomento, ahora en manos del PP y hasta diciembre del PSOE. Fue precisamente un ministro socialista, José Blanco, quien en enero de 2011 formuló las últimas cuentas de la operación gijonesa, que probablemente ahora a la ministra Ana Pastor le parecerán la cuentas del Gran Capitán.

Blanco sumaba del siguiente modo: en primer lugar, de la venta de los terrenos se obtendrían 267 millones de euros -un año después, como queda dicho, la expectativa ya bajaba a 225-, destinados a construir la futura estación intermodal de Moreda y conectarla con el túnel pasante. En segundo lugar, según el ministro, se aplicarían 360 millones de euros a prolongar el túnel hasta Cabueñes -unos tres kilómetros-, y a que en su interior, de siete kilómetros en total, se construyeran cinco estaciones y se ejecutasen las necesarias instalaciones ferroviarias. La idea de Blanco era que ese dinero saldría de una concesión a una empresa privada que ejecutaría las obras y después cobraría un canon, una especie de peaje en la sombra.

Evidentemente, los contadores que maneja la ministra Pastor no marcan en la actualidad las mismas cifras. De hecho, Gijón al Norte reprograma en la actualidad la futura estación intermodal en función de lo que la comercialización de los terrenos le pudiera deparar. En suma, los contadores de la estación provisional sólo marcan bajadas, al tiempo que cuanto más se demora el plan de vías y estaciones más sangrantes resultan los inutilizados 105 millones de euros que costó perforar el túnel pasante, más los 9 millones de euros de la estación provisional y los 6 del levantamiento de las viejas vías. En total, 120 millones consumidos que, por el momento, también generan nuevos quebrantos económicos anuales.