M. CASTRO

Armón está estudiando la posibilidad de utilizar la ampliación de El Musel para efectuar reparaciones a flote de grandes cargueros y petroleros, con esloras superiores a los 200 metros de longitud. El grupo naviego está elaborando un proyecto industrial para incrementar la actividad de su astillero gijonés, entrando en el sector de la reparación y modificación de buques, en las instalaciones del propio astillero y también en el puerto exterior de El Musel.

El astillero gijonés está relanzando su actividad con la construcción de una serie de grandes atuneros para dos empresas mexicanas y una española. A esta actividad se sumará en breve la de reparación de barcos, utilizando para tal fin la antigua dársena de armamento a flote del astillero, que Armón está reconvirtiendo en dique seco tras haber dragado y hormigonado el fondo de la misma. Actualmente el astillero está completando esas obras con el dragado de la zona exterior de la dársena.

El grupo industrial asturiano ya está negociando la reparación de algunos barcos en el astillero de El Natahoyo, pero el gran objetivo es saltar en este sector a la ampliación de El Musel, donde los 25 metros de calado le permitirían ofrecer un servicio de reparaciones que en Europa actualmente sólo se ofrece en Malta y Cádiz, explican fuentes del sector.

Detrás de esta idea están las oportunidades de negocio que Armón ya ha comenzado a explotar en México, donde ha contratado la mayoría de los atuneros que construye en Gijón. El Caribe mexicano carece de instalaciones para reparar los grandes petroleros y las plataformas petrolíferas que vinculadas a compañías como la mexicana Pémex.

A esta nueva oportunidad de negocio en el mercado mexicano se une el hecho de que el puerto de El Musel es visitado frecuentemente por grandes buques cargueros, que acarrean carbón o mineral de hierro y que también pueden ser clientes potenciales de esa nueva línea de negocio, aprovechando la escala en El Musel para efectuar alguna reparación.

Entrar en el mercado de reparaciones no sólo contribuirá a ampliar la actividad del astillero gijonés y por lo tanto la creación de empleo en el mismo. También permitirá dar un servicio a la compañías navieras que utilizan El Musel, en especial en las reparaciones que requieran de un dique seco. El barco que cubre la línea de la Autopista del Mar entre Gijón y Nantes tuvo que desplazarse hasta El Ferrol para una reparación el pasado mes de febrero. La línea quedó suspendida 15 días, dos de ellos por la navegación hasta el astillero gallego.

El uso de la ampliación de El Musel para reparar grandes buques deberá contar con la aprobación de la Autoridad Portuaria. Se trata de un espacio que había sido concebido para una gran terminal de graneles sólidos, proyecto que ahora parece lejano, lo que da pie a la búsqueda de actividad alternativa, aunque sea de manera temporal. En la imagen, estado de ocupación del Nuevo Muelle Norte en octubre, situación que no ha variado sustancialmente.