R. GARCÍA

La sangría que genera la crisis no cesa. Los juzgados civiles de la ciudad han visto incrementado su trabajo como consecuencia de la mala situación económica. En los dos últimos años casi mil familias se han quedado en la calle al no poder afrontar el pago de sus alquileres. El número de desahucios en arrendamientos se incrementó el pasado año en casi un 8 por ciento si se comparan los datos con los ofrecidos en el ejercicio anterior. Pero no es ésta la subida más espectacular. Las empresas lo han pasado incluso peor que los particulares. El Juzgado de lo mercantil de Gijón tramitó en 2012 un total de 83 concursos de acreedores de empresas que se vieron obligadas a cerrar y a suspender pagos con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo que esta situación supone. Este dato es un 88 por ciento superior al que ofrecía la estadística el año anterior.

Las expulsiones de viviendas por falta de pago de alquiler -tramitadas por los ocho juzgados de primera instancia que trabajan en este tipo de asuntos en la ciudad desde el edificio de Prendes Pando-, han supuesto que un total de 431 familias tuvieran que abandonar sus viviendas durante el pasado ejercicio. Pero la estadística se vuelve aún más dramática si a estos números se suman los 400 desahucios en arrendamientos que se produjeron durante el 2011.

Las salas de primera instancia tramitaron, además, durante los doce meses del pasado año un total de 212 demandas que tuvieron que ver con problemas relacionados con las hipotecas. Sin embargo no todos estos casos acabaron en desahucio, ya que, tal y como explicaron a este periódico fuentes judiciales, «a veces se puede llegar a acuerdos para demorar el pago o cambiar las condiciones de la hipoteca».

La única disciplina en la que parece que los juzgados civiles viven un respiro es en lo que se refiere a los procedimientos relacionados con temas familiares. Los abogados expertos en este tipo de pleitos llevan ya varios años alertando del descenso sufrido en este tipo de casos en la ciudad. La crisis, aseguran, ha bajado considerablemente la capacidad económica de unas familias que, en muchas ocasiones, se ven obligadas a no romperse para poder afrontar gastos como la hipoteca o el colegio de los hijos. Los divorcios contenciosos han bajado de los 263 registrados a lo largo de 2011 a los 236 que se produjeron durante el pasado ejercicio.

En el otro lado de la balanza, el de los datos que más subidas experimentan si se comparan los números de los dos últimos ejercicios que ya se han cerrado, se sitúan los pleitos laborales. A la ya citada subida en lo que a concursos de acreedores se refiere -que pasaron de 44 en el 2011 a 83 en 2012-, habría que sumar el trabajo que generan en las salas de lo social las reclamaciones por despidos o extinciones de contratos laborales. Casi un millar de gijoneses se vieron obligados a acudir a los tribunales a lo largo de todo el año 2012 para reclamar sus derechos en procedimientos abiertos contra sus jefes. No en vano en el concejo gijonés se encuentran en situación de desempleo más de 31.000 personas, según los últimos registros realizados el pasado enero. Parados que en muchas ocasiones acuden a los tribunales para reclamar la deuda que el empresario ha adquirido durante su relación laboral.