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Una institución solidaria reparte ya 900 menús al día para menores sin recursos

"Ningún niño sin cenar" trata de paliar el cierre de los comedores escolares por las vacaciones distribuyendo entre las familias alimentos precocinados

El de ayer fue el primer día de vacaciones de verano en los colegios. Y fue, también, la primera jornada sin comedor escolar, una ayuda de la que dependen cada vez más familias en la ciudad y cuyo cierre vacacional está desbordando ya a las entidades solidarias. El colectivo "Ningún niño sin cenar" está repartiendo una media de 900 menús al día para niños, y calculan que la cantidad se podría incrementar en las próximas semanas, con el final de las jornadas lectivas.

La entidad, fundada por la gijonesa Blanca Menéndez, trabaja estos días "a destajo", como ellos mismos reconocen, para dar cobertura a una demanda de alimentación cada vez más alta, y dirigida desde los colegios. Porque, como explica Menéndez, el reparto de bandejas con menús precocinados o de alimentos para que las propias familias los preparen se produce "con control estricto; nadie que no lo necesite se lo va a llevar, porque para acceder a la comida es necesario que los padres lleguen avalados por los colegios". En muchas ocasiones "son los propios directores los que nos llaman por teléfono advirtiéndonos de la llegada de alguna familia, a la que ellos han informado del recurso". Y con todos ellos "llevamos un registro, todo se apunta y se controla", recalca Menéndez, que trabaja "con casi todos los colegios de la ciudad".

En la actualidad, la demanda es cada vez más alta "y puede llegar a serlo aún más". Cada día salen por la puerta de "Ningún niño sin cenar", en la avenida de la Constitución 31, una media de 900 menús congelados y cocinados por la empresa de catering "Cocibar", que se ha sumado desinteresadamente a la iniciativa "cediéndonos una nave en Tremañes, una furgoneta térmica y todos los menús que necesitemos", explica Blanca Menéndez "más que agradecida a su propietario, Ramón Fernández". La empresa, por su parte, cuenta con la ayuda de grandes superficies de la región, que también realizan una aportación solidaria para que ningún menor de la ciudad pase hambre.

Los menús precocinados se reparten para tres días, "con un primer y segundo plato y un postre", explica Blanca Menéndez, con el compromiso también de que "las comidas sean sanas y equilibradas". Las familias que lo necesitan "salen de aquí con seis bandejas", sin olvidar que desde "Ningún niño sin cenar" también se reparten también meriendas, cenas y desayunos". Y no sólo eso: también ropa, juguetes y todo tipo de artículos infantiles, procedentes de la solidaridad de muchas empresas y particulares a los que "nunca agradeceremos lo suficiente lo que están haciendo por los niños", subraya la fundadora de la organización, que a día de hoy, llega ya a "unos 600 niños de toda la ciudad".

Podemos, por su parte, formuló ayer un llamamiento al gobierno autonómico y municipal para que realicen un censo de los niños en riesgo de exclusión y de pobreza en toda Asturias, con encuestas a colegios e institutos. Asimismo, piden que se habilite en cada barrio o pueblo un colegio donde se desarrollen actividades de ocio y tiempo libre durante la mañana, que incluyan la apertura de los comedores escolares con carácter gratuito para los menores en riesgo de exclusión, y que el Gobierno del Principado "dedique una parte de los 1,2 millones aprobados esta semana para combatir la pobreza a esta actividad este mismo verano".

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