El tren de chapa gruesa de la factoría de Arcelor Mittal en Veriña ha suministrado 700 toneladas de acero para el nuevo puente que comunica las ciudades de Grevenmacher, en Luxemburgo y Wellen, en Alemania, sobre el río Mosela. Este puente, que sustituye a uno antiguo de hormigón, tiene 213 metros de largo y es cruzado cada día por unos 17.000 vehículos.

La elección de la factoría de Gijón como suministrador de la chapa gruesa se debió "a su flexibilidad a la hora de expedir el material, ya que los plazos de entrega fueron muy ajustados, inferiores a tres meses desde que se formalizó el pedido", indicó la compañía en un comunicado. Las chapas producidas para esta obra pública fueron de elevada calidad y de un tamaño más grande de lo habitual. El alto límite elástico del acero empleado en el puente garantiza la máxima resistencia de la estructura al mismo tiempo que permitió reducir notablemente su peso. "Sólo así es posible construir puentes esbeltos y ligeros como el de Grevenmacher", agrega Arcelor Mittal.

Uno de los factores determinantes para que la factoría gijonesa se hiciera con el pedido es el hecho de que pudiese suministrar chapas de un tamaño superior al estándar para construir los arcos del puente. El mayor tamaño de las chapas gruesas permitió reducir al mínimo el número de secciones del puente.

La estructura no cuenta con ningún apoyo sobre el cauce del río Mosela, lo que permite un mayor espacio navegable.

El tren de chapa gruesa suministra material fundamentalmente para el sector eólico, para la fabricación de los fustes de los aerogeneradores. En menor medida también suministra chapa para el sector naval y para obra civil, como ha sido este caso.