La masa social del Real Club Astur de Regatas tenía ganas de expresarse en unas urnas tras casi cuatro décadas de candidatos únicos y sin elecciones. Ayer se demostró en su sede social de la calle Corrida, donde el reguero de votantes fue constante mañana y tarde. A éstos se sumaron unos 300 sufragios remitidos por correo. En total, 901 socios se expresaron en el proceso, la mitad del total. Y una holgada mayoría dio su respaldo al ingeniero Alfredo Alegría, que continuará así cuatro años más al frente de Club de Regatas.

En total, 646 socios se manifestaron partidarios de la reelección de Alegría. Es decir, un 71,6% de los votantes apostó por la línea continuista. Su contrincante, el corredor de seguros Francisco Silvela Cienfuegos-Jovellanos, obtuvo 236 sufragios, quedándose a una amplia distancia de la victoria. La línea crítica con el devenir de la directiva de Alegría no logró así imponerse. Hubo 18 votos nulos y uno en blanco.

Muchos dentro del club no esperaban una participación tan alta en el proceso electoral. De hecho, el escrutinio, realizado ante notario, se hizo esperar hasta cuatro horas. A las 18.00 horas se cerraban las urnas, pero los resultados no se comunicaron hasta casi las 22.00 horas. Entonces se dio a conocer la amplia victoria de Alegría y ambos rivales se dieron la mano en un gesto deportivo.

"En primer lugar, felicitar a Alegría por el triunfo y desearle suerte. En segundo lugar, agradecer a todos los socios que nos han votado por el apoyo. Y agradecérselo sinceramente. Y en tercer y último lugar, felicitarnos porque realmente ha sido un día importante", valoró Silvela tras conocer los resultados. El aspirante perdedor se centró en destacar la histórica jornada vivida por el Club de Regatas. "Cuatro décadas sin elecciones... Era importantísimo que se terminara con ello y que hubiese la posibilidad de que los socios eligiesen y los socios han elegido", explicó. Silvela recalcó que "había muchas ganas y la participación ha sido altísima, lo cual es muy bueno".

Aunque no se esperaba un resultado tan abultado. "Pero es el que hay y se acepta con todas las consecuencias", asumió con deportividad Silvela.