Con solo siete años, Francisco Álvarez es "un friki" de internet, la programación y la robótica. Allá donde huela a informática "allá vamos, porque le encanta. Si no le pongo límite se pasa todo el día en ello", asegura su madre, Mar Cuadra. Ante la constatación de que tiene en casa un pequeño genio en ciernes, ayer se presentaron los dos en las instalaciones de CTIC para disfrutar de una novedosa iniciativa en el Día Internacional de Internet Segura que les ofreció la posibilidad de aprender a programar un videojuego con scratch y, de forma paralela, formar a los más pequeños y sus padres en la necesidad de ser cautelosos en la red.
"Es básico, porque internet es el universo en la mano. Es fantástico como herramienta, pero siempre con medidas de seguridad", asevera Cuadra, muy interesada en que "los niños interioricen desde pequeños ciertas nociones básicas que les protejan de los riesgos de navegar en internet".
Con ese objetivo se puso ayer en marcha el programa "Superprogramadores" organizado por Orange y la empresa "Con más futuro", que desarrolla talleres de programación y seguridad de forma lúdica para "enseñar a los niños a usar bien las herramientas a su alcance, no hay que ser alarmistas, porque internet tiene cosas muy positivas, pero siempre con conocimiento", apunta Clara Alba, una de las responsables del taller.
Así, trabajaron en el desarrollo de un videojuego en el que el protagonista recibe múltiples amenazas en internet. Moviendo las flechas del teclado los pequeños aprendieron a esquivar los peligros y a reconocer términos como "cyberbulling" o acoso en internet, "phising" o suplantación de la identidad en la red o "grooming", con adultos que se hacen pasar por niños. La lección recordó a los pequeños, acompañados por sus padres, que "nunca se deben dar datos personales en internet, ni pasar fotos a desconocidos". Y, fundamental, "hablar con las familias o los tutores en cuanto se detecte algo raro ".
La actividad, estructurada en dos sesiones, contó con la participación de una quincena de padres con sus respectivos retoños, de entre 7 y 10 años. "Tenía ganas de introducir a mi hija en el mundo de la programación, y me parece una buena forma, divertida y bien enfocada desde la seguridad", apuntaba Nacho Granda junto a su pequeña Laia, de 7 años. "Es fundamental darles libertad y que sepan lo suficiente para defenderse por sí mismos, porque internet está en todo", señala el padre, quien reflexiona que "igual que no dejas a un niño pequeño solo en el mundo, tampoco lo hacemos en la red". Por eso "cuando supimos que se desarrollaba aquí esta actividad no lo dudamos y nos apuntamos, es muy interesante".
Además de los talleres lúdicos la actividad también ofreció a los niños la posibilidad de experimentar con los teclados Makey Makey, que permiten crear una orquesta, hacer música con flores o ejercitar el ritmo con bailes. Todo un mundo por descubrir desde la base y con la seguridad como bandera.
