Desempeñan su actividad en una de las zonas más populosas de la ciudad, pero se sienten "abandonados". Por eso, un grupo de negocios de La Calzada y el Cerillero procedentes de todos los sectores ha tomado las riendas para "dar un impulso al comercio local", "hartos" como están de tener muy poco apoyo, tanto desde la administración local como desde otras asociaciones.

Hasta el momento se han sumado a esta iniciativa, denominada "Xixón West La Calzada", un total de 27 comerciantes, entre los que se cuentan tiendas de ropa, zapaterías, estilistas, centros de estética, bares, una academia, una floristería, un negocio de tatuajes, otro de aluminios y vidrios y hasta una gestoría. Un poco de todo "y sin ninguna restricción, porque nuestro objetivo es que todo el que lo desee pueda unirse", resume Reyes Cordo, una de las portavoces del movimiento.

Por el momento se han unido de manera informal, sin constituirse como asociación, con la única intención de "ir haciendo cosas para que se nos vea". Y para que, paradójicamente, "la gente del propio barrio nos conozca". Porque en La Calzada, "que abarca todo el Cerillero, no sólo la zona de Fátima hacia abajo", puntualizan, "hay negocios que llevan décadas funcionando y ni los propios vecinos saben que existen". Así que una de las principales tareas del colectivo es la de "hacer saber todos los que residen en la zona que aquí encuentran de todo, pueden maquillarse, peinarse, calzarse, salir a tomar algo y hacer la declaración de la renta sin necesidad de ir al centro de Gijón", recalca Cordo.

Cansados de ver cómo las actividades de animación y dinamización, las campañas por el comercio y hasta la iluminación navideña pasa de largo por su barrio, han decidido tomar las riendas y "hacer nosotros mismos lo que otros no hacen por nosotros". Porque "el comercio de La Calzada no se acaba en la Avenida de Argentina o la Calle Brasil; hay muchas más calles intermedias con mucha vida y con muchas ganas de hacer cosas", defiende el colectivo.

Así las cosas, fue después de una campaña navideña bastante triste, sin adornos navideños y "olvidados por el Ayuntamiento", cuando los comerciantes de la zona decidieron ponerse en marcha. En apenas unos días consiguieron organizar una fiesta el 5 de enero con la presencia de los Reyes Magos, orquesta, globos y animación que obtuvo una gran respuesta por parte de los vecinos, junto con el sorteo de una "macrocesta" navideña valorada en más de 1.200 euros en productos y servicios donados por los establecimientos que logró repartir 6.000 participaciones.

"Fue lo que nos dio ánimos para ver que juntos podemos hacer muchas cosas", apunta Goyo Ibáñez, otro de los comerciantes implicados, cansados de ver cómo "a nosotros no se dirigen ni para pedirnos dinero para organizar cosas, cuando estaríamos encantados de colaborar con el Ayuntamiento". Con una gran actividad en las redes sociales, con página de Facebook y hasta una aplicación para el móvil llamada "Guía de La Calzada", los integrantes de "Xixón West" tienen intención de seguir moviéndose.

Ayer mismo celebraron el sorteo de dos cenas y dos ramos de rosas por San Valentín, que han ido a parar a manos de Katia Menéndez y Malena Álvarez. Y para el verano esperan poder desarrollar otra de sus ideas: la celebración de un mercado en la calle, en el parque del Gran Capitán, en el que "todos los comercios de La Calzada que quieran puedan sacar sus productos, con desfiles de ropa, demostraciones en vivo de maquillaje y peluquería y animación para demostrar que el barrio está muy vivo y tiene de todo".

Nacen con vocación de aglutinar, asumen los costes de sus actividades "a escote, poniendo cada uno lo que puede", generando gasto en los negocios de la zona, y esperan poder colaborar con otras entidades como asociaciones de vecinos o Mar de Niebla, "con quienes estamos también en contacto". Y animan a todos los comercios del entorno a formar parte de un movimiento que, sobre todo, persigue hacer visible la labor de décadas de muchos de los esforzados autónomos del barrio. Sin que sea necesario desplazarse al centro, porque "aquí lo mismo puedes vestirte y peinarte para una boda que cambiar las ventanas de casa".