El conflicto hostelero que se lleva viviendo desde hace tiempo en las instalaciones grupistas daba ayer el salto de Las Mestas a Mareo. A un notario y a la Guardia Civil acabó llamando el hostelero Fernando Blanco para que se dejara constancia de que no se le permitía el paso. "Me habrán mandado un burofax pero eso no tiene soporte jurídico", aseguraba . Ese burofax fue la notificación que le hizo llegar hace tiempo la directiva grupista alertando de la rescisión del contrato a fecha de 30 de marzo.

El Grupo se ampara en la cláusula del contrato que permite a cualquiera de las partes rescindirlo notificándolo con tres meses de antelación. Esa notificación adelantaba al 30 de marzo el fin de una relación contractual que se iba a finiquitar en mayo. A partir del lunes la nueva concesionaria entrará en Mareo para limpiar y acondicionar los espacios con la intención de abrir en Semana Santa. Desde la dirección grupista se mostraba ayer la sorpresa ante el incidente vivido a las puertas de su sede de Mareo.