Washington, Efe

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, analizó ayer la situación en Libia en una conversación telefónica con la canciller de Alemania, Angela Merkel, en la que aseguró que Gadafi debe abandonar ahora el poder.

«Cuando el único medio que tiene un líder para mantenerse en el poder es el uso de la violencia contra su propio pueblo, ha perdido la legitimidad para gobernar y debe hacer lo que es correcto para su país marchándose ahora», dijo Obama a Merkel, según un comunicado difundido por la Casa Blanca.

La conversación con la canciller alemana siguió a las mantenidas esta semana con otros dirigentes europeos, como el presidente francés, Nicolas Sarkozy; el primer ministro británico, David Cameron, o el jefe del Gobierno el italiano, Silvio Berlusconi, para coordinar sus respuestas a la crisis en Libia y debatir sobre las sanciones apropiadas que imponer al régimen de Gadafi.

El Consejo de Seguridad de la ONU estudiaba anoche en una reunión de urgencia las posibles sanciones que impondrá al régimen libio, entre las que incluye desde la congelación de bienes y la prohibición de viajar hasta el embargo de armas, medidas muy similares a las decididas por la Unión Europea.

Más problemas presenta la otra medida propuesta en el borrador de resolución pactado entre Francia, el Reino Unido y Estados Unidos, los tres países que han suspendido temporalmente las actividades de sus embajadas en Trípoli.

Washington, París y Londres quieren que el Consejo de Seguridad dé el visto bueno a su solicitud para que el Tribunal Penal Internacional (TPI) juzgue a los líderes libios por «crímenes contra la humanidad».

Anoche, parecía haber un amplio apoyo de los 15 miembros del Consejo al borrador de resolución en lo tocante a la imposición de sanciones al régimen de Gadafi y a sus colaboradores más cercanos. Sin embargo, algunos de los países representados en el organismo, máximo órgano decisorio de Naciones Unidas, no consideran necesario inmiscuir al TPI.