El dirigente de Nuevas Generaciones del PP de Madrid Ángel Francisco Carromero, detenido en Cuba desde el 22 de julio bajo la acusación de homicidio involuntario al sufrir un accidente de tráfico cuando conducía un coche en el que murieron Oswaldo Payá y otro disidente cubano, ha sido desprovisto del permiso de conducir después de agotar todos los puntos por haber acumulado 42 multas desde 2009.

El «Boletín Oficial de Madrid» ha publicado la resolución de la Jefatura Provincial de Tráfico contra Carromero, a quien se le impusieron tres multas por exceso de velocidad y por las que pagó 3.700 euros. La DGT ya le había notificado el 18 de mayo el expediente para retirarle el carné, por lo que cuando en Cuba iba al volante del coche en el que murieron los dos disidentes no tenía ningún punto.

Según la versión oficial cubana, Carromero conducía el vehículo de alquiler accidentado el pasado 22 de julio y, tras perder el control, se salió de la vía e impactó contra un árbol causando la muerte a los dos disidentes. El presidente de la Juventud Demócrata Cristiana de Suecia, Jens Aron Modig, insistió ayer en que no recuerda el accidente en la isla que les costó la vida a Payá y a Cepero. «Tengo unas imágenes sueltas en mi memoria del coche que se sale de la carretera y luego me despierto en una ambulancia», dijo.

Las relaciones entre el Gobierno español y el régimen cubano «siempre son difíciles» admitió el secretario de Estado para Iberoamérica, Jesús Gracia, quien confía, no obstante, en traer de vuelta al dirigente de Nuevas Generaciones detenido tras el accidente. Por su parte, el Movimiento Cristiano de Liberación ha divulgado una carta del que fuera su líder, Oswaldo Payá, en la que éste denunciaba en 2008 que su vehículo había sido blanco de un sabotaje para que perdiera las ruedas y causar un accidente fatal a toda su familia.

Por otra parte, las emisoras cubanas tendrán plena capacidad para decidir qué músicos suenan en las radios del país, después de que Raúl Castro haya retirado de una lista negra a medio centenar de artistas críticos con el régimen, entre ellos Celia Cruz, Gloria Estefan y Bebo Valdés.

El Gobierno de la isla nunca ha confirmado la existencia de dicha lista, en la que llegó a estar el español Julio Iglesias, pero las propias radios han reconocido que al menos cincuenta artistas contrarios a la revolución estaban vetados.

El fin de los vetos no significa la inclusión inmediata de los artistas opositores dentro de la programación, ya que las emisoras ni siquiera disponen de sus discos. Los trabajadores han optado por «esperar y ver» los pasos que da el régimen.