El ex presidente de Sudáfrica Nelson Mandela, gran símbolo de la lucha por la libertad del siglo XX, falleció ayer, jueves, en su casa de Johannesburgo, a los 95 años de edad. El carismático luchador que logró derrotar el régimen racista del apartheid tras 27 años en la cárcel murió en compañía de su familia a las nueve menos diez de la noche.

La luctuosa noticia fue anunciada por el actual mandatario, Jacob Zuma, en un discurso a la nación: «Nuestro país ha perdido a su mejor hijo». La desaparición de Mandela ha causado una enorme consternación no sólo en Sudáfrica, donde era un héroe nacional, sino en el resto del mundo, donde se convirtió en un símbolo de la esperanza y del triunfo del espíritu humano.

Pocos hombres han cambiado el rumbo de la Historia como lo hizo Mandela, un luchador incansable que, pese a pasar 27 años en la cárcel, logró acabar con el régimen racista del apartheid, uno de los más despiadados del siglo XX. Madiba, como se le conocía cariñosamente, nació en Mvezo el 18 de julio de 1918 y fue hijo del principal consejero del jefe supremo de los xhosa, la tribu más numerosa de Transkei.

Estudió Derecho en la Universidad de Fort Hare, donde se inició en la actividad política, y se enfrentó a la expulsión en 1940 por participar en una huelga de estudiantes. Ese hecho, sumado a un matrimonio concertado por su tutor, le empujó a huir a Johannesburgo, donde trabajó en una mina.

En 1944 ingresó en el Congreso Nacional Africano (CNA) y se convirtió en uno de los líderes de las campañas no violentas contra el «apartheid» o segregación racial. Ese mismo año se casó con su primera esposa, Evelyn Ntoko Mase, con quien tuvo cuatro hijos. En 1952 abrió en Johannesburgo, junto a Oliver Tambo, quien luego sería presidente del CNA en 1967, el primer bufete de abogados negros, y ese año protagonizó el primer acto de desobediencia civil, consistente en el desacato al toque de queda.

En diciembre de 1956 fue detenido por alta traición, y cuatro años después fue absuelto tras el juicio en el que asumió su propia defensa. En 1958 contrajo matrimonio con Winnie, con quien tuvo dos hijas. Tras la matanza de Shaperville, en 1960, en la que murieron numerosos estudiantes negros, el Gobierno ilegalizó el CNA e implantó el estado de excepción. Unas 1.800 personas fueron encarceladas sin juicio, entre ellas Mandela, quien a la salida de la prisión pasó a la clandestinidad y organizó huelgas contra el segregacionismo.

En noviembre de 1963 fue acusado, junto a otras ocho personas, de conspiración para derrocar al Gobierno, y el 12 de junio de 1964 fueron condenados a cadena perpetua. Al día siguiente Mandela ingresó en la prisión de Robben Island, frente a Ciudad del Cabo, donde permaneció hasta 1982, cuando fue trasladado a la de Pollsmoor, en la misma ciudad.

El 11 de febrero de 1990 -tras arduas negociaciones con el Gobierno, que quería que renunciara a la violencia-, fue liberado después de 27 años entre rejas. El 26 de abril de 1994, en las primeras elecciones libres del país, 20 millones de sudafricanos terminaron con más de 300 años de dominio blanco al otorgar a Mandela el 62,6 por ciento de los sufragios. El 10 de mayo, en una histórica ceremonia, juró como presidente de la nueva Sudáfrica. El 16 de diciembre de 1997 dijo adiós a la política, y al año siguiente se casó con la mozambiqueña Graça Machel. En marzo de 1999, ya aquejado de cáncer de próstata, se despidió del Parlamento y dio paso a Mbeki como nuevo presidente de Sudáfrica.

Mandela obtuvo el premio Nobel de la Paz (1993) y el «Príncipe de Asturias» de Cooperación Internacional (1992), ambos compartidos con De Klerk, entre otros muchos galardones. El 31 de octubre de ese año Mandela, con 75 años, llegó a Oviedo y entró en el teatro Campoamor del brazo de Elizabeth Taylor para recoger su galardón.