Berlín / Oviedo

Las principales críticas a la gestión de la crisis por parte de la canciller de Alemania, la democristiana Angela Merkel, no proceden de la oposición, que le reprocha falta de previsión y le insta a mejorar el respaldo a ayuntamientos y estados federados, sino de su partido hermano conservador bávaro, la Unión Socialcristiana (CSU).

Horst Seehofer, el primer ministro de Baviera, uno de los estados federados más afectado por la llegada de millares de refugiados procedentes de Hungría a través de Austria, tachó de "error", en declaraciones publicadas ayer por la revista "Der Spiegel", la decisión de Merkel de abrir las fronteras y auguró que Alemania se encontrará pronto en una situación de emergencia que no resultará ya controlable.

"Hemos perdido el control", advirtió por su parte el exministro Hans-Peter Friedrich, también de la CSU, quien calificó el paso dado por Merkel de "error político sin precedentes" y auguró que esa "ingenuidad" tendrá "consecuencias devastadoras a largo plazo", incluida la llegada de yihadistas al país.