"Personalmente, ser mujer no me ha supuesto ningún hándicap. Los problemas son otros: la inestabilidad, la inseguridad, la crisis y que la carrera científica es muy larga". La reflexión pertenece a Lucía Riera, científica titular del Centro de Investigación de Nanomateriales y Nanotecnología (CINN). A sus 43 años, ha encontrado una estabilidad profesional que le fue esquiva durante años. "He tenido suerte, porque tras hacer la carrera en Oviedo me fui a Cambridge con una beca europea, y a los dos años pude volver con una 'Ramón y Cajal'. Pero a día de hoy eso es impensable, y cuando te plantas con treinta y tantos años sin esa estabilidad no sabes qué va a ser de ti, sobre todo cuando confluyen cosas como la crisis y el descenso demográfico, como en estos años. Y a nivel empresarial mucha gente te considera ya mayor, y no tienes experiencia en el sector privado", afirma. A futuro, Riera está preocupada por las próximas generaciones de investigadores: "La gente que tengo ahora haciendo becas posdoctorales está inquieta".
