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El puente de la Chalana

La historia de la construcción del paso sobre el Nalón entre Entralgo y Pola de Laviana

El puente de la Chalana

Armando Palacio Valdés en su "Aldea perdida" nos describe cómo se pasaba el río Nalón desde Entralgo para ir a Pola de Laviana. "Para comunicarse con la Pola el pueblo de Entralgo no tenía puente. Se necesitaba subir dos kilómetros arriba para hallar una de piedra de antiquísima construcción. Y como era molesto el rodeo, los vecinos de la parroquia y también los de Villoria utilizaban una barca. ¡Ya están pasando la barca! El Nalón se desliza sereno unas veces; otras precipitado, formando espumosas cascadas; pero en todas partes tan puro y cristalino, que se cuenta las guijas de su fondo".

La barca era llamada "chalana". Una embarcación hecha con troncos de fondo plano. Uno o varios hombres tiraban de una cuerda o cable para remolcar la chalana de una orilla a la otra. Con el tiempo el lugar tomo el nombre popular y así llegó a nosotros como La Chalana.

Una canción popular nos la recuerda: "Chalaneru, chalaneru... ¿Qué lleves en la chalana? Llevo roses y claveles y el corazón de una dama. Si pases el puente non caigas al agua, que los míos amores van en la Chalana".

Mi padre, oriundo de La Bárgana, parroquia de Tolivia, en sus años de niñez tuvo que hacer de arriero y me contaba que bajar a la Pola era muy complicado. O se hacía el rodeo hasta Puente de Arco, o se buscaba alguna pialla para vadear el río Nalón.

En los años 20 del pasado siglo se tomó la importante decisión de construir un puente de piedra, ya que los pontones de madera el Nalón se los llevaba. Fue el entonces alcalde de Laviana, Arturo León, el propulsor de esta importante mejora. El Ayuntamiento agotó la consignación y las obras tuvieron que pararse. El propio Arturo Léon inició una suscripción popular con 500 pesetas a la que se sumó la mayoría de vecinos según sus posibilidades económicas.

Los jóvenes de los pueblos de Entralgo, Canzana, Villoria y Tolivia rivalizaban en prestar sus servicios para la construcción del nuevo puente acudiendo a trabajar en las cepas después de su penosa jornada de trabajo en las minas.

En octubre de 1925 se decía que la próxima primavera estaría el puente terminado. Pero hubo que esperar todo un año hasta el 10 de octubre de 1926, cuando se inauguró el hermoso puente de La Chalana. Este nuevo puente trajo grandes beneficios para los concejos de Laviana y Aller por las riquezas en ellos enclavadas y que por la falta de una comunicación directa no podían prosperar. Servirá además para que los pueblos de Entralgo, Villoria, Tolivia... sean visitados con más frecuencia y poder admirar las incomparables bellezas que la naturaleza ha vertido sobre este valle tan pintoresco y encantador.

El nuevo puente de La Chalana fue inaugurado con gran brillantez y solemnidad el 1l de octubre de 1926. Hubo grandes festejos los días 9, 10 y 11. El puente estaba alumbrado con bombillas de colores. En la explanada existente en la zona de Entralgo se levantó un kiosko y el prado se presentaba iluminado por focos de luz blanca. Se celebró una misa de campaña y al final de la misma se hizo acto de la bendición del puente.

Don Arturo León, alcalde y alma del puente de La Chalana, acompañado de la Corporación y alcaldes de barrio, pronunció un discurso y como remate se obsequió con un banquete campestre a todos los asistentes.

Existen testimonios gráficos de este día de la Inauguración del Puente de la Chalana La Chalana, tanto del acto de la apertura de paso, como del banquete de celebrado, así como una perspectiva del propio puente. Lo cierto es que se daba entrada a la autentica arcadia descrita por Armando Palacio Vadés en su "Aldea Perdida".

A partir de esta fecha, La Chalana se convirtió en la playa fluvial de Langreo, San Martín del Rey Aurelio y de la propia Laviana. La Chalana pasó a ser el pulmón de la cuenca minera.

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