Cangas del Narcea,

Pepe RODRÍGUEZ

El vino blanco de la tierra de Cangas se ha convertido en un producto de gran nivel. Su apreciación, tanto por el público general como por el más especialista, ha hecho que la oferta de botellas se quede corta en relación a la demanda existente. Las adversas condiciones climáticas han agravado esta situación y, así, la cosecha del año 2007 es aun menor de la habitual, ya de por sí escasa, visto lo que el mercado demanda. Se estima que se pondrán a la venta unas 8.400 botellas repartidas entre las marcas Pesgos, Corias-Viñagrandiella, Muriella y Obanca.

El volumen de producción del vino blanco acogido a la Indicación Geográfica Vino de la Tierra se podría ver incrementado notablemente en los próximos años, ya que las bodegas se están animando a aumentar sus plantaciones en la variedad autóctona más extendida: el albarín blanco. Este hecho se explica desde la constatación por parte de viticultores y bodegueros de la fuerte penetración que tiene el producto en los mercados. Para poner solución a este problema se estima que se plantarán más de tres hectáreas nuevas de producción de albarín blanco para la cosecha del año que viene, lo que supondrá un gran salto de calidad y cantidad.

La interesante evolución que se ha apreciado en estos últimos años tiene que ver con los controles de maduración que han atenuado el verdor típico de los vinos blancos de Cangas, suavizando su acidez y dejando entrever el potencial aromático de la variedad autóctona. Son ligeros y frescos, pero con un intenso posgusto.

Para continuar con este trabajo y no relajarse en un mercado tan competitivo como es el del vino, no son pocas las voces que insisten en que el futuro del vino de Cangas pasa, inexorablemente, por una apuesta decidida y mayoritaria por el vino blanco.

Además, esta apuesta debería estar centrada en las variedades propias de la zona, y no en otras como puedan ser caverne o godello, más extendidas en denominaciones de origen con mayor tradición, tamaño y presencia mediática, lo que dificulta la diferenciación y el presentar una personalidad propia, algo que el consumidor valora mucho.

Con la cosecha del año 2007 aún sin ponerse a la venta y la de 2006 prácticamente agotada, los intentos por hacerse con botellas de vino blanco de Cangas del Narcea son inútiles.

Son muchos los restauradores de diferentes zonas del Principado de Asturias, e incluso de otras comunidades como Madrid o Cataluña, así como comerciantes de tiendas especializadas que se ponen en contacto con los distribuidores para expresarles su deseo de comprar el producto, ya que es de su agrado y del de sus clientes. Pero lamentablemente las reservas de vino blanco en Cangas del Narcea están bajo mínimos y es necesario dar un impulso a la producción para poder saciar todas las bocas que reclaman este caldo.

Esta situación, según afirman algunos bodegueros, es indicativa de una labor bien hecha que ha permitido que la calidad aflore y sea apreciada, pero también pone de manifiesto la necesidad de seguir trabajando para aprovechar estas oportunidades. Saber que las ventas están aseguradas a este nivel de producción debería servir de acicate para crecer a mayor ritmo.

Cangas del Narcea se ha puesto como objetivo dar de beber a todos aquellos que quieran hacerlo desde el sabor de sus caldos; por ello, se prevé que el 2008 sea el año del blanco de Cangas.