Doriga (Salas),

Lorena VALDÉS

A punto de que se cumpla un año de la inauguración del tramo Grado-Doriga de la autovía del Suroccidente el mantenimiento de este trazado de cuatro kilómetros es muy deficitario, para malestar de los conductores. Un buen ejemplo de la dejadez que sufre la infraestructura en este punto es que desde el pasado mes de noviembre, uno de los carriles del enlace de la autovía con el corredor del Narcea, en Doriga, permanece cortado a causa de la aparición de un desprendimiento y de pequeños corrimientos de tierra en toda la ladera. A pesar de que Demarcación de Carreteras retiró el argayo en febrero de este año el carril afectado continúa cerrado al tráfico ante el temor de nuevos desprendimientos, lo que obliga a los conductores a moderar considerablemente su velocidad.

Además de los argayos, otra prueba evidente del abandono del tramo es la falta de limpieza en la glorieta de la Doriga que regula el tráfico hacia el Suroccidente asturiano. Hasta hace unos días, la hierba crecía a sus anchas en la rotonda perjudicando la visibilidad de los conductores a la hora de realizar sus maniobras en la misma.

El pasado miércoles, tres personas resultaron heridas leves en un aparatoso accidente registrado en este escenario en el que chocaron frontalmente un turismo y un camión, después de que este último perdiese el control al fallarle los frenos y circulase en sentido contrario por la glorieta. Dos días después, y tras las quejas de los vecinos de la zona y usuarios de la autovía, operarios de Carreteras segaban la hierba para evitar nuevos sucesos. A punto de celebrar su primer aniversario, el tramo Grado-Doriga vuelve a estar en el punto de mira.