Luarca (Valdés),

A. M. SERRANO

Con una sonrisa y ganas de hacer las cosas se puede llegar rmuy lejos. Es la teoría de Andreas Gabriel, un alemán de 43 años que en mayo de 2011 decidió iniciar el viaje de su vida. Lo particular es cómo lo hace: sin dinero y a bordo de una embarcación que él mismo ha diseñado. Se trata de dos kayaks, un motor de tres caballos y dos velas, un conjunto que aparenta un catamarán en precario. Ayer paseó por Luarca, para esperar a que calme el agitado mar. En esta aventura se embarcó porque «la vida sólo se vive una vez. Sólo hay una vida». Trabajó durante 11 años en Alemania en el sector de la construcción y en mayo del año pasado pensó que era su momento: dejaría todo atrás para enfrentarse a su propio reto.

Salió de Hamburgo con el artilugio, pero sin dinero ni tarjeta de crédito. Él dice que «no hace falta para viajar». Y eso lo piensa porque antes de querer rodear Europa por mar, recorrió una pequeña distancia por carretera, en su país, en otro aparato ideado por él mismo, una especie de triciclo para sus dos hijos. «Vi que la gente era hospitalaria y que en realidad no necesitas tanto para viajar como se cree», dice. Además de esa experiencia, para iniciar la aventura marinera pesó otra idea. En Alemania, según Andreas, «es difícil salirse del camino pactado, de la clásica vida» y él quiere vivir de otro modo.

De Luarca saldrá mañana o el viernes en busca de una nueva aventura. De momento, lo pasó mal por las olas de cuatro metros con las que se encontró cerca de Mykonos (Grecia). Pudo salir de la «crisis». En Portugal necesitó otro motor y en Galicia el primer recibimiento de un grupo de marineros fue con comida. Andreas Gabriel no sabe cuándo llegará a Alemania ni cómo porque depende de la solidaridad de la gente. Su día a día es ahora trabajar por su aventura. Cada jornada tiene que revisar que todo funciona con normalidad.

Desde su portátil, y gracias a red wifi pública, comprueba si hay marejada y si es prudente salir. Dice que ya no tiene miedos y que lo mejor de su viaje es «la gente que conoces». No habla español, pero el inglés y su expresión le sirven para transmitir y entender. También el lema de su «barco»: «Sailing for good thoughts (Navegando por buenos pensamientos)».