Durante cientos de años, los ganaderos del suroccidente de Asturias han moldeado el territorio. Ellos y sus vacas se han encargado de dar forma a los montes, a la brañas, a los prados, a los caminos y las pistas, a los hayedos y los sotos de castaños. Con su labor y con su trabajo han modificado un territorio que conserva importantes valores naturales, por los cuales fue declarado parque natural en 2002 para garantizar su conservación.

Desde entonces, los ganaderos viven en una continua decepción con un instrumento de protección que, en su opinión, no les ha traído más que prohibiciones, sin contraprestaciones claras por el uso de sus propias tierras.

Y ahí está la raíz de todos los problemas que arrastra el parque natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias: la inmensa mayoría del terreno protegido es de titularidad privada y las leyes que pretenden ordenarlo son las mismas que se aplican, de forma genérica, en parques cuyo terreno es mayoritariamente público. Por esa misma razón, hay pocas voces locales favorables al parque.

"No puede ser que se quiera atacar a la calidad de vida de los pueblos, que es lo mínimo que debería respetarse, sin ninguna contraprestación", opina Cándido Vicente Corros, representante de los ganaderos en la Junta Rectora del parque natural. "Porque tienen que mentalizarse de que la actividad ganadera es la mayor riqueza de esta zona, y en vez de limitar tienen que apoyarla, no hacer leyes de protección sin sentido que atacan los usos tradicionales de los pueblos".

En Cangas del Narcea, por ejemplo, hay más de 1.200 ganaderías y las cabezas de ganado sobrepasan las 24.000. La mayoría de ellas se alimenta de los pastos de la comarca, y un buen porcentaje de ellos está dentro del ámbito de Fuentes del Narcea.

Lo que los ganaderos piden, antes que cualquier otra cosa, es que se les escuche. La Junta Rectora del parque tiene 33 miembros y solo uno de ellos es ganadero: el propio Corros. Pero es que, además, la citada Junta Rectora es solo un órgano consultivo; la Comisión Rectora, verdadera cabeza de las decisiones que se toman sobre el espacio protegido, está formada por 11 personas y todas ellas pertenecen a las aministraciones públicas, tanto locales como la regional. Esto tiene sentido cuando el territorio a legislar es público, pero, en opinión de los propietarios y los ganaderos, no se sostiene en un espacio como Fuentes del Narcea.

Y no es solo su opinión: el Tribunal Supremo falló el año pasado contra el anterior Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del parque porque no daba voz a los propietarios, porque no había un presupuesto para compensarlos y porque no estaban bien marcados los límites del territorio.

Ninguno de esos problemas se ha resuelto, de momento, con el inicio de las conversaciones para desarrollar el nuevo Instrumento de Gestión Integrada (IGI) que sustituirá a aquel PRUG.

"En abril del año pasado vinieron los diputados a Cangas, a reunirse con nosotros", cuenta Cándido Vicente Corros, "y salimos convencidos de que nos habían escuchado, de que nos harían caso... Pero nadie ha hecho nada, es imposible contar con ellos porque no hay voluntad política", añade, decepcionado.

Según los ganaderos, el IGI presentado por la Consejería, que está en la fase de participación de todos los interesados, sería aún más restrictivo que el anterior PRUG y, por lo tanto, más contestado. "Nuestra propuesta será oponernos a este documento en su totalidad", plantea el representante de los ganaderos, "porque no contempla más que un aumento de restricciones y no dejaremos de pelear por dos puntos en los que nos dio la razón el Tribunal Supremo: queremos estar en la Comisión Rectora y ha de haber una partida de los presupuestos del Principado para la gestión de este parque".

Cándido Vicente Corros cree que solo con estas premisas podría avanzarse en la gestión de este espacio protegido tan singular, en el que los propietarios se sienten ninguneados por la administración casi de manera unánime. "Si nos hicieran caso habría mejoras en las brañas, limpieza de pistas y caminos, desbroces, abrevaderos, mangas ganaderas y un aumento general de la calidad de vida en los pueblos y en las ganaderías, que es lo que ha permitido que esta zona esté tan bien conservada, porque nadie ha conservado esto además de nosotros. Nadie. Esto no cayó así del cielo, se trabajó durante siglos", dice con amargura el representante de los ganaderos de Fuentes del Narcea que, de nuevo, sienten como el espacio protegido del Suroccidente no les sirve.

Los datos

La declaración de Fuentes del Narcea. En el año 2002 unas 58.000 hectáreas de los concejos de Cangas del Narcea, Degaña e Ibias pasaron a ser consideradas parque natural. Casi desde el principio la oposición de la mayoría de propietarios fue notoria.

El Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG). Uno de los elementos que más rechazo suscitaron hacia el parque fue que el PRUG que se redactó era, en gran parte, muy similar al de otros parques naturales donde el territorio era público, cuando en Fuentes del Narcea la mayoría de la propiedad es privada.

El fallo del Tribunal Supremo. Los propietarios llevaron sus demandas hasta el Tribunal Supremo y este les dio la razón derogando el PRUG por no haber contado con los propietarios, por no tener una partida presupuestaria definida para las contraprestaciones y por no estar bien definidos los límites del espacio protegido.

El Instrumento de Gestión Integrada (IGI). Ante la lectura del nuevo IGI, que aún está en fase de participación pública, los propietarios, los ganaderos y sus abogados, así como la oposición al Gobierno regional (incluido el PSOE local), han puesto el grito en el cielo al considerarlo aún más restrictivo que el PRUG original.