La serpenteante frontera entre Asturias y Galicia, que a lo largo de muchos kilómetros dibuja el río Eo, se ha convertido este fin de semana en un nexo de unión por encima de todo. Lejos de separar, la línea divisoria entre los municipios de Trabada (Lugo) y Vegadeo ha aunado fuerzas dando lugar al festival "Eu son Eo", y a un movimiento de participación ciudadana que busca ser, además, motor social y económico de la comarca. Por si quedaban dudas, la Abres asturiana y la Ría de Abres gallega se han dado la mano sobre el río, para continuar por el camino de la cooperación y el trabajo en equipo.

El festival aúna en un mismo espacio una gran variedad de actividades: música, gastronomía, mercado y naturaleza. Asturianos y gallegos vivieron ayer con gran interés esta iniciativa, que nació este año con vocación de continuidad en el futuro. Además de la primera carrera popular "Eu son Eo", durante el fin de semana se podrá participar en degustaciones de todo tipo, paseos en pádel surf y kayak, teatro, rutas senderistas, coloquios y música, mucha música para animar el recinto interregional.

"Esto está pensado como un proyecto de desarrollo rural, que vive hoy una primera edición de algo que llega para quedarse. Es un proyecto económico, cultural y social, y en esta última cualidad es en la que queremos hacer mayor hincapié", explica Mayra García, alcaldesa de Trabada. Y es que todo lo que compone el festival ha sido levantado gracias al apoyo de los vecinos, que han aportado trabajo para colocar el cercado, montar los puestos e instalar los "sofás" a base de pacas de hierba seca que dan descanso a los participantes. "Queremos destacar que este festival nace del pueblo y es del pueblo", subraya la alcaldesa lucense.

Su homólogo veigueño, César Álvarez, "Mourelle", asegura que "una de las características que tiene el ser humano es crear fronteras, cuando la Naturaleza lo único que hace es unir". Por eso asegura que "esto es Abres, no es Asturias ni Galicia", y añade que se está plantando una semilla "que cuidaremos y mimaremos para que salga adelante este proyecto".

Buen ejemplo de esa unión es el matrimonio formado por María Prieto, gallega, y César Espina, asturiano, ambos de Abres. "Nosotros siempre compartimos todo, iglesia, cementerio, campo de la fiesta... En todo lo que se hace en el pueblo ambas partes vamos juntas; el río une, desde la infancia, sobre todo por el verano", asegura Prieto, que espera que el festival tenga continuidad "para dar a conocer el pueblo, que tiene un paisaje espectacular".