Si el economista y político del siglo XIX Álvaro Flórez Estrada estuviese vivo, estaría en la casona familiar en Pola de Somiedo escribiendo reflexiones sobre la participación social en el Parque Natural de Somiedo. Así lo cree su descendiente, Manuel Galán, quien aborda para LA NUEVA ESPAÑA cómo el ilustre somedano observaría a día de hoy el impacto generado por el espacio protegido, que cumple su trigésimo aniversario. "Creía en que la soberanía nacional y local residía en el pueblo a través del sufragio universal y creo que pediría, de alguna manera, un mayor papel ciudadano en la gestión del Parque Natural", afirma Galán.

Mayor participación vecinal de una manera intercultural para dar cohesión al pueblo, formado por los somedanos de toda la vida y aquellos que eligen el concejo para trabajar y vivir hasta hacer del Parque "un lugar abierto a personas de otros lugares". Galán asegura que también habría visto con buenos ojos el impulso a las redes de comunicación que dio el Parque: carreteras antaño e internet hoy. En cuanto al desarrollo del Parque vinculado a la gandería y el turismo, Galán estima que Flórez Estrada hubiese apostado por una mayor diversificación.

En su momento, abrió una herrería en el municipio para aprovechar los recursos acuíferos y el hierro de Saliencia, de ahí que Galán piense que el economista hubiera instado a fomentar pequeñas empresas del sector secundario como, por ejemplo, la industria cárnica, las queserías y la miel. "Es una manera de cerrar el círculo, empieza con la ganadería, pasa la transformación y termina en la hostelería". Y fomentaría un turismo con más actividades y criticaría "que el actual está muy vinculado al oso, quizá en demasía".

También habría escrito Flórez Estrada sobre educación. "El Parque sirvió para afianzar modelos educativos de calidad, fijó población y permitió mantener el colegio público, que tiene unos servicios complementarios como la ludoteca, la biblioteca y el telecentro que son para quitarse el sombrero", comenta. Si bien cree que Flórez Estrada reflexionaría sobre las dificultades de las familias para que los niños terminen la educación obligatoria fuera del concejo.

También escribiría sobre el patrimonio. "Lo vería con preocupación porque están en mal estado, como el retablo de la iglesia de Endriga y el palacio del Marqués de Villarín y los teitos; apostaría por su mantenimiento como atractivo", concluye Galán a través de los libros del político.