Que nadie se asuste, no voy a insultar a nadie; aunque perros, lo que se dice perros, hay muchos sin ser de raza perruna. Volviendo al perro, animal de compañía por excelencia, quería contarles la extravagancia, por decirlo de alguna manera, de un Ayuntamiento de un pueblo llamado Maçanet de la Selva, en Girona (Gerona). Este pueblecito de unos 5.000 habitantes y que se encuentra entre Girona (Gerona) y Lloret de Mar ha promovido una ordenanza municipal que prohíbe que los perros suban en los ascensores tanto públicos como privados.

Fuentes del Ayuntamiento dicen que pretenden fomentar conductas cívicas respecto a los animales domésticos y que la prohibición responde a la voluntad de solucionar temas de convivencia, civismo e higiene, así como evitar problemas.

La citada ordenanza, elaborada por el gobierno de CiU y PSC, contempla sanciones entre 60 y 30.000 euros, también obliga a tener una licencia y el perro atado. La citada ordenanza prohíbe mantener encerrado a un animal más de tres horas en un coche, además limita la tenencia de animales en un piso a un máximo de dos gatos, tres perros y dos hurones. Esta ordenanza está en plazo de alegaciones y el Ayuntamiento contempla aprobarla en el próximo Pleno.

Hasta aquí todos podemos tener nuestra opinión sobre si las medidas son correctas, una chorrada o echarse unas risas pensando cuando el propietario del perro le tenga que decir «hasta el sexto y sin parar, que te espero arriba», lo que a una le hace pensar es que si ese Ayuntamiento legisla sobre el comportamiento de los perros, posiblemente sea porque el resto lo tiene todo legislado.

Quizá deberían darse un paseo por las comarcas mineras para que sepan los de Girona lo que es legislar y cumplir la legislación, las caquitas de los perros no se erradican ni de broma, los pelotazos (de balón) no se erradican ni de risa, la invasión de los espacios públicos se cobra y a callar y las invasiones nocturnas de vándalos destrozan árboles continuamente. Podrían venir esos de Maçanet de la Selva a decirnos cómo se hace para tener hasta los perros a raya.

Aunque quizá deberíamos preguntarnos si en nuestros pueblos de las comarcas mineras también tenemos muchas cosas legisladas y no lo sepamos, quizás esté legislado todo el tema de perros (sin llegar a lo del ascensor, claro), quizás esté legislado lo de los balones y también lo de los espacios de peatones (que no lo son).

¿Se imaginan que todo esto esté legislado? Y si lo estuviera, ¿qué sucede? Que no se cumple la ley, y si no se cumple, ¿por culpa de quién? Al final siempre llegamos a los mismos.

A todas y todos buena suerte.