Nuevamente, el Congreso, en su pleno de control al Gobierno, ha servido para que populares y socialistas se arrojen a la cara los correspondientes reproches: el «presupuesto del caos», como Rajoy llamó al proyecto de Presupuestos para 2010, y la trama Gürtel, con la que el PSOE fustiga de manera permanente al PP.

En primer lugar, los números uno se enzarzaron con las grandes cifras. El líder del PP puso voz, con toda crudeza, al rechazo prácticamente generalizado que ha suscitado el proyecto de Presupuestos elaborado por el Gobierno y ya remitido al Congreso para su debate y eventual aprobación. Mariano Rajoy aseguró que las cuentas del Estado son «increíbles y antisociales», un «disparate» y una «catástrofe», de la misma manera que los Presupuestos de 2009 se han revelado como una «gran chapuza», ya que no se han cumplido ni una sola de sus previsiones o cifras.

Rajoy insistió especialmente en la subida de impuestos que contemplan los Presupuestos para 2010, advirtiendo de que «convierte en paganas» a las clases medias y bajas que, a la postre, serán «los sufridores de sus despropósitos y las víctimas de sus ensoñaciones». «O cambia», ha recalcado al final, «o pondrá a España en una situación imposible».

Por su parte, José Luis Rodríguez Zapatero ha defendido sus cuentas con los argumentos que viene empleando en las últimas semanas, limitándose a reprochar una vez más al líder del PP el que se centre exclusivamente en los reproches y no aporte ni ideas ni propuestas y, sobre todo, que no ofrezca compromiso alguno de «arrimar el hombro». El Presidente ha insistido en que los Presupuestos garantizan el gasto social, el gasto productivo y el inversor, y se ha mostrado convencido en que servirán para «avanzar en la recuperación económica y en la consolidación fiscal».

El debate ha continuado en el enfrentamiento dialéctico entre la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, y la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega. La primera resumió las cuentas del Estado asegurando que «traerán más crisis, destruirán más empleo y harán pagar más a todos los españoles» y ha recordado que el rechazo a las mismas es «prácticamente unánime» en la Cámara. «Han logrado ustedes lo que no consiguieron con el diálogo social: poner de acuerdo a empresarios y trabajadores en el rechazo a sus Presupuestos».

De la Vega insistió en que las cuentas se rigen por la «austeridad» y la «responsabilidad» y a ello añadió que con las mismas «las rentas más bajas ganarán nivel adquisitivo». La Vicepresidenta respondió a los reproches del PP echando mano de las acusaciones de corrupción que acosan a los populares en Madrid y en Valencia, por causa de la trama Gürtel. «Más vale», dijo la Vicepresidenta, «que aclaren sus propias cuentas», que abandonen la costumbre de «vaticinar catástrofes» y déjense ya de «chuches y de paparruches», añadió, haciendo alusión a las afirmaciones de los populares que han llegado a calcular cómo afectará la subida del IVA a las golosinas de los niños.

Así está el debate político. Los socialistas tratarán de sacar adelante sus presupuestos más difíciles, mientras el PP parece atascado en la solución de «la Gürtel Valenciana», ahora por la resistencia de Camps y sus compañeros Costa y Rambla. Cada cual tiene su propia cruz a cuestas...