Imagino que quien más, quien menos, habrá oído hablar de la nueva Gramática de la Lengua Española que acaba de publicar la RAE; si no es así, sirva este artículo para que se difunda la noticia. Y no es para menos porque tratándose la Lengua de una ciencia viva, ya era hora de que saliese esta publicación si tenemos en cuenta que la última apareció en 1931. Según informa la propia RAE en su página oficial, se hizo un esbozo de lo que podría haber sido esta nueva Gramática en 1973, desestimándose el proyecto poco después; fue la Academia Chilena la que en 1998 presentó una propuesta en el XI Congreso de Academias de la Lengua Española, en la que se instaba a la RAE a emprender con urgencia la reacción de esta nueva Gramática que ve la luz once años después de ser aprobada esta propuesta. Que no quiero decir con esto que los académicos trabajen poco, no, ellos sabrán en que consisten sus atribuciones, pero lo que sí es cierto es que habiéndose ido desarrollando nuestro idioma en sitios tan lejanos, unos de otros, y recibiendo influencias tan distintas, era algo necesario que se unificasen criterios y se confeccionase una nueva normativa. Pienso que hablar con corrección no sólo es muestra de educación y cultura sino una obligación legal, ya que, no en vano, nuestra Constitución nos dice en su artículo 10 que todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.

No sé a qué será debido el precio que tiene de salida esta obra, ronda los 120 euros, y es que ni se me ha ocurrido ir a echar un vistazo a los dos tomos de los que consta por miedo a sufrir un agudísimo encaprichamiento, así que no sé si cuando se abre la tapa (dura espero, porque son semejante precio?) del primero de los libros, saldrá el popularísimo Machín, con sus incombustibles maracas, cantándole a esas dos gardenias que no terminan de marchitarse; o si, quizá, se trata de la SGAE que ante la más que comprensible imposibilidad de cobrar a cada hispano hablante los derechos derivados del uso de esta obra, haya decidido cobrar un canon a cada usuario. No lo sé; porque si no es por ninguna de estas dos razones, o alguna otra cargada con la misma lógica, que me digan a qué se debe el abusivo precio de una obra tan fundamental como necesaria.

Ya se sabía que el vicio de leer sale muy caro en nuestro país, de lo que no tenía ni idea es de que, a partir de ahora, también nos va a salir carísimo estructurar un par de frases con la debida corrección. Y luego protestan por los pirateos?