Durante unos instantes nos pareció escuchar que la ministra Salgado había sido ovacionada ayer por los ministros de Economía de la UE, durante la reunión mensual del Eurogrupo, a causa de la podadera que la pasada semana le metió Zapatero a la cosa económica española. Sin embargo, no era un aplauso con las palmas, sino una felicitación verbal del primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. Los españoles sois unos valientes, vino a decirle a Salgado.

Es una verdadera pena que los mandatarios europeos no prorrumpieran en una ovación, que es lo que España y Zapatero se merecen tras haber presidido de turno el peor semestre de la historia de la UE. De acuerdo, Zapatero no ha hecho gran cosa, porque todo lo cocinan entre Sarkozy y Merkel, pero nadie puede negarle a nuestro presidente que ha puesto varias veces la cara para que se la partieran, que es lo que le apetece de veras a la prensa británica.

Así pues, valientes, pero sin apoteosis, aunque lo apoteósico se centra ahora en Gijón, con el «Día marítimo europeo», al que le pasa como a la «Semana negra»: se llama semana, pero dura diez días. Pues el «Día marítimo» éste va a durar cuatro o cinco días, y sus organizadores han dado orden de que venga hasta la Armada española, cosa que nos llena de orgullo. Fuimos una de las tres o cuatro potencias marítimas europeas y el que tuvo retuvo.

Una vez estudiado el programa de actos de este acontecimiento se podría conjeturar que si un extraterrestre cayera inesperadamente en Gijón en mitad de la semana, tendría que admitir: «¡Qué grande ha tenido que ser la Presidencia española de turno de la UE, visto este grandioso colofón!»

Apoteósico, ya decimos. También nos han informado de que se realizarán exposiciones y actividades en torno a la seguridad marítima. Perfecto.

Tras una semana de hundimiento como la pasada, es verdaderamente oportuno contar con una semana de salvamento.