No se recuerda en la historia lo ocurrido en España durante los últimos 40 años. Militares, políticos, periodistas y empresarios tienen que vivir protegidos por servicios de seguridad y los miles de familias del cerca del millar de víctimas jamás se han vengado de sus verdugos. Sin olvidar el éxodo de decenas de miles de familias que han abandonado sus amados valles y rincones donde nacieron y vivieron. Un siniestro político que intentó pulverizar la ejemplar transición democrática española, volviendo al odio y al rencor de los años treinta del pasado siglo, se acaba de cargar a un histórico partido como el PSOE en las últimas elecciones autonómicas y municipales. Los españoles soportando el mayor índice de paro se han plantado justamente indignados ante Zapatero. Miles de ejemplares socialistas han perdido sus cargos y medio de vida.

Cuando Otegui, el líder de Batasuna (Bildu), está siendo juzgado y el fiscal solicita 10 años de prisión por intentar resucitar el brazo político de ETA, Bildu (mayor esperpento imposible) ya está en las instituciones. Se burla de los símbolos del Estado, retira el cuadro del jefe del Estado que preside el salón de plenos como exige la ley y la bandera española. Rubalcaba, con su cinismo habitual, informaba de que el Gobierno va a obligar a Bildu a respetar las leyes. Lo dijo el mismo día que Bildu exigía la salida del Ejército, Guardia Civil y Policía Nacional. Rubalcaba, por «razones económicas», proyecta reducir en 40.000 soldados nuestro Ejército. ¿Debemos confiar en Rubalcaba?

Como recordamos son ya 40 años trágicos. Cuando gracias a la ley de Partidos, el ejemplar trabajo de las Fuerzas de Seguridad del Estado, la colaboración de Francia y las condenas del Tribunal de Estrasburgo ETA estaba contra las cuerdas es cuando Zapatero y Rubalcaba, con la colaboración de seis magistrados del Constitucional, vuelven a colocar al brazo político de ETA en las instituciones con su proyecto totalitario marxista-leninista, cuyo final es la independencia. Zapatero y Rubalcaba ya están en la peor historia de España.

PD.: «La clave» era un programa inolvidable de TVE dirigido por un gran periodista asturiano, José Luis Balbín. Cada semana se presentaba un programa de gran interés. Un sábado de 1980 el tema era «el problema vasco». Los invitados eran del máximo nivel político, el ministro del Interior Rosón (UCD), Carrillo (PCE), Fraga (AP), Guerra (PSOE), Arzallus (PNV) y Olarra (senador). Han pasado 30 años y muchos políticos de hoy dicen lo mismo que entonces. El señor Olarra, empresario vasco con centenares de trabajadores en sus empresas, guardaba silencio; entonces Balbín le invitó a manifestarse y Olarra dijo: «No coincido con mis compañeros, en el País Vasco nos conocemos todos, donde nos reunimos con nuestra tertulia, donde tomamos el aperitivo o la comida, donde jugamos la partida. Por eso he enviado al presidente de Batasuna-ETA, Jon Idigoras, una lista de posibles víctimas de su partido si ETA atenta contra alguno de mis trabajadores y familiares. También le he enviado copia del depósito bancario de 300 millones de pesetas que garantizan las acciones por profesionales residentes en Marsella». La opción Olarra fue eficaz, ETA jamás atentó contra sus trabajadores y familiares. No hubo entierros, funerales y familias destrozadas para siempre ni por supuesto condenas de políticos impresentables. La opción Olarra será discutible, pero para sus trabajadores y familiares fue inolvidable.