Estábamos cenando en una sidrería en Bruselas, hablábamos con todo el mundo, el dueño, un paisano mayor que había bebido, como todos, bastante sidra, nos decía: «Yo soy de Pola Lena, pero compramos un pisu y fai treinta y cinco años que vivimos en Gijón». Desde la cocina se oyeron las voces de su mujer: «Milio, fai treinta y cinco años que vives en Bruselas». Cuando bebía sidra Milio paseaba por el Muro mirando la mar desde allí. Más de 10.000 asturianos o descendientes viven en Bélgica y hacen que el 8 de septiembre el «Manekken pis» eche sidra (no es broma). Marcharon para trabajar y salir con los ojos negros y ahora viven entre dos mundos. ¿Por qué si no se ven tantas matrículas belgas en Asturias por el verano? Aquí sólo nos acordamos de ellos el día de las elecciones cuando esperamos los votos del extranjero.

Aquellos días dibujábamos en manteles de papel para no perder tiempo a la hora de comer cuando vimos por la tele el 11-S, es decir, esto empezó hace diez años con la presentación que hicimos en el Ayuntamiento Histórico de la Grand' Place del proyecto ante el Alcalde, que supuso el espaldarazo y apoyo que hasta hoy no ha cesado. El lugar de reunión de muchos asturianos era el Centro Asturiano de Midi, que sólo tiene de bueno la gente que va allí, un centro que no estaba a la altura del número de asturianos que representaba. Por eso sólo ya era necesario. Pero además el edificio que tenemos allí no es sólo una imagen de los asturianos enfrente del visitadísimo Museo de la Bande Dessinée (Tintín), sino que es un centro de empresas que aloja bajo alquiler otras actividades y que evita los gastos en otros inmuebles que con anterioridad teníamos que pagar nosotros. A mí me parece, además, muy interesante la función cultural de las plantas a calle.

A la espectacular acogida por parte de los belgas, tanto francófonos como flamencos, han ayudado varios factores. El edificio está situado en el centro de Bruselas, en el llamado pentágono que forma la ciudad antigua, en la zona del Meiboom donde un árbol era referente histórico de la Bruselas tradicional (como el Carbayón en Oviedo). Fue, además, la sede del periódico «Le Peuple», es decir, también referente cultural. Desde el punto de vista arquitectónico, se adelantó a su tiempo, con una gran frescura, con una transparencia y luz pioneras. Asimismo, nos ha ayudado a esta valoración positiva de los bruselenses el hecho de que siempre se referían a él como un «chancre» en el centro de la ciudad que nosotros, los asturianos, arreglamos. Al estar catalogado, gracias a una incoación por parte de los archivos Sint-Lukas, y a ser la comisión de patrimonio de Bruselas probablemente la más dura de Europa, durante muchos años permaneció abandonado y las intenciones de recuperación fueron propuestas especulativas en las que sólo se mantenían los dos metros desde la fachada «classée» y se planteaban excesos constructivos detrás, dejándola como un decorado impuesto por la Administración que no prosperaba. Por eso Asturias pudo comprar 2.500 metros cuadrados en el centro de Bruselas al precio que los compró y por eso hemos conseguido ponerlo en el lugar que está con una inversión muy razonable.

Continuando con el aprecio y calor que nos dan los belgas, ayer y el viernes el edificio «Le Peuple-Casa de Asturias de Bruselas» volvió a ser una de las sedes de las Jornadas de Patrimonio en Bélgica. Cuando por primera vez descubrimos la importancia de las Journées du Patrimoine fue en el 2001. Aquel año el tema era la Wallonie, que atesora gran número de elementos de patrimonio industrial. Los organizadores esperaban superar las 470.000 visitas del año anterior (no han leído mal). Aquí esa cantidad de gente sólo la mueve el fútbol. En el año 2004 asistimos invitados para mostrar la rehabilitación de «Le Peuple» en las jornadas que se dedicaron al art déco y al movimiento moderno, en el 2007 fue sede con el tema de Lumiere, y una exposición de Niemeyer, y este año 2011, como decimos, también volvió a ser una de las sedes de las Journées en septiembre.

Al llegar desde el aeropuerto de Bruselas recuerdo que en la autopista los carteles luminosos ya te anunciaban las Journées du Patrimoine. Te sorprendía, pero entonces llegabas al hotel y veías entre los «brochures» habituales de lo que se puede hacer en la ciudad las propuestas de recorridos guiados para ver el art nouveau, el art déco o el modernisme (movimiento moderno, no modernismo). Y, por supuesto, en el folleto semanal ocupaban también un papel importante las Jornadas de Patrimonio. Dejabas el hotel y te ibas, cómo no, a la Grand' Place, y al subir a cenar a la zona del Sablón veías uno tras otro anticuarios que te ofrecen sus rescates del tiempo, piezas de diseños preciosos. Al día siguiente en nuestra obra nos dieron una doble página a color dedicada al edificio «Dernier Heure». Nos sorprendían dos páginas dedicadas a la arquitectura, edificio del mes, en un periódico de difusión. Durante esos días «Le Soir» dedicó al menos cuatro días páginas o medias páginas a las Jornadas de Patrimonio o a la restauración de nuestro edificio. La restauración de la Casa de Asturias fue publicada en revistas especializadas como «A+» (Bruselas, 2002), también en «Les Nouvelles de Patrimoine» (Bruselas, 2004); fue expuesta por los archivos San Lucas, el Ayuntamiento de Bruselas en su sección de Patrimonio o el Docomomo internacional, que también lo expuso por varias ciudades belgas y en París. El edificio recibió en el 2006 mención de honor de «Europa Nostra» en La Haya (Holanda). Durante el 18 y 19 de septiembre del 2004, días de las jornadas, 3.175 personas visitaron «Le Peuple». La televisión en Bruselas, TLB, lo mostraba cada hora en sus telediarios...

Pero todo esto, que tan poca difusión tuvo en Asturias (aquí salió en «A0», una revista que duró un número y de la que se hizo eco un boletín de Incuna), no se acabó ahí, continúa y sigue muy vivo. En España, «On», la revista de mayor difusión de arquitectura, para celebrar su número 300 escogió treinta obras internacionales de arquitectos españoles, y ahí estaba la Casa de Asturias (Barcelona, 2009). También en la revista especializada «Loggia», de la Universidad de Valencia (2009). Recientemente, en junio, en las Jornadas internacionales de restauración de Madrid Cah20th, en la Escuela Superior de Arquitectura (2011), fue una de las propuestas internacionales seleccionadas y en breve será publicada. En internet también navega, pueden acceder a «Europaconcorsi», plataforma digital de arquitectura de Roma y ver el reportaje del «edificio Le Peuple-Casa de Asturias», o en «Arquitectura+Restauración», de Madrid, con fotos iniciales.

Todo esto escrito es una llamada a la sensibilidad del nuevo Gobierno, que debe entender este edificio como un verdadero patrimonio de Asturias, una oportunidad de seguir apoyando a ese gran número de «asturianos en el mundo», que, por desgracia, no todos viven tan bien como los que vemos en la TPA y necesitan tener el pequeño orgullo de ver su bandera ondeando muy cerca de la catedral de Bruselas, en un edificio que, como ven, es apreciado y que merece, por los muchos asturianos que representa, ser tratado con cuidado y con cariño.

Au revoir, dank U.