El Gobierno se comporta ya como la SGAE de la época de Bautista, cuando en cada boda había un espía por si a alguien se le ocurría tararear «La vaca lechera» sin haber pasado por caja. En ese afán recaudatorio patológico comenzó el declive de Teddy. ¿De quién ha sido la idea de subir el IVA a los funerales? Un funeral, querido Montoro, es una cosa muy triste de por sí. No tanto como una boda, pero por ahí, por ahí. Si usted persigue a los contrayentes para que paguen por haber escuchado a Sergio Dalma, los contrayentes le guardarán un odio eterno, no lo olvidarán nunca.

–En nuestra boda se presentó Montoro y nos cobró una pasta por poner «Bailar pegados».

–Os tendría que haber llevado a la cárcel, por el mal gusto.

Se entendería mejor, en efecto, que los novios hubieran pasado la noche en el calabozo, por la elección del repertorio. Pero cobrar derechos de autor por esa tontería€ Pues con el cadáver igual. Si quiere usted saquearlo, hágale una autopsia de todas sus cuentas corrientes, de todos sus productos bancarios, de todos sus menudillos financieros. A lo mejor le encuentra una de esas SICAVs con las que los ricos defraudan a Hacienda legalmente, por cortesía de los ministros del tema. Y ahí, en la SICAV, hay dinero grande. No se manche usted las manos con unos puntos del IVA, que es como si le arrebatara los puntos de sutura de una operación hecha a vida o muerte poco antes del óbito.

Empieza a recordarnos usted, ya digo, a Teddy Bautista, que hundió su imagen y la de la SGAE por enviar inspectores a los cumpleaños de los niños, por si a alguien se le escapaba una cancioncilla entre chuche y chuche («los chuches», decía Rajoy en masculino, no sabemos por qué). Pues con el IVA de «los chuches» tampoco se juega a menos que uno esté dispuesto a parecer un facineroso. Y quien dice «los chuches» dice el material escolar. Por favor, hombre, subirle el IVA al cuaderno cuadriculado donde escribimos los primeros palotes es de una crueldad idiota, sin objetivo alguno. Ahora, que intentar cargarse el cine medio difunto de un país como el nuestro y el teatro en coma de una sociedad como la que compartimos sólo se explica por el odio que usted profesa a los trabajadores de la cultura. Acabará usted como Teddy Bautista. Tiempo al tiempo.