Cuando la primera y mayor preocupación de los asturianos y los españoles es la creación de empleo, seis millones de parados y el 53% de paro juvenil, nuestros dirigentes políticos siguen en debates absurdos como el de la independencia de Cataluña. Tal vez un gran político como Pedro de Silva tenga razón cuando en LA NUEVA ESPAÑA del 19 de octubre decía: «Seguimos cayendo lentamente en un pozo, sin que una política alternativa se dibuje siquiera en el horizonte, nacida del propio sistema. Surge la sospecha de si el mismo sistema se haya agotado». Es una reflexión brillante y plenamente justificada. Lo que está claro es que el sistema exige urgentes reformas. Los que no somos socialistas también lamentamos el desastre del zapaterismo en lo económico y en lo político. La debacle en las últimas elecciones generales y la pérdida de varios gobiernos autonómicos -sólo gobiernan en Andalucía y Asturias- desestabilizan el sistema. Las recientes derrotas en Galicia y el País Vasco agravan la situación. La Constitución de 1978 necesita un centro-izquierda fuerte y unido, lejos del nefasto zapaterismo. Felipe González no tuvo duda cuando abandonó el marxismo haciendo del PSOE el partido socialdemócrata español que los históricos tiempos exigían.

Ahora, cuando Cataluña ha quedado arruinada por la nefasta gestión del tripartito (PSC-IU-Esquerra), Arturo (Artur) Mas desvía la atención hacia la independencia, cuando las farmacias cierran por los impagos de las facturas de julio y agosto. El genial Artur ha tenido que acudir al fondo de liquidez autonómico español para pagar a hospitales, escuelas y centros concertados. El genial Artur, con estos graves problemas, convoca a los presidentes de los equipos de fútbol. El único que no acudió fue el del Hospitalet FC, porque no quería politizar un club en el que conviven socios de diferentes ideologías. Con este panorama, ¿cómo el señor Rosell va a pagar los miles de millones de pesetas que cobran Messi y compañía? ¿Qué dirán los millones de barcelonistas de España? Ten cuidado, Rosell, igual te encuentras con un grupo de cretinos como el que asaltó el Colegio de los Salesianos de Mérida al grito: «Dónde están los curas, que los vamos a quemar». Ten cuidado, Rosell. Asturias es una pequeña comunidad con un millón de habitantes. Desde hace setenta años sus médicos son una referencia de ámbito nacional e internacional y su sistema sanitario público y privado es ejemplar. Solucionar sus problemas es urgente y prioritario. Los profesionales de la política están al servicio de los ciudadanos, para resolver los problemas. En Asturias la tragedia es que no existe alternativa política, ya que el centro-derecha tiene vocación suicida y desprecia el mandato popular. En mayo de 2011 alcanzó amplia mayoría absoluta con 26 diputados y acabaron a «navajazos». Por todo ello, el actual Gobierno tiene que rodearse de los mejores talentos y expertos de Asturias y solucionar con justicia y diálogo nuestros problemas sanitarios.

PD. Felicitar a la Consejería de Cultura por haber decidido solucionar los graves problemas del tejado en el monasterio de San Pelayo. Es un antiguo proyecto que cuenta con la colaboración del Gobierno español. Las Pelayas son una institución en la historia de Oviedo. Cantan el mejor gregoriano femenino del mundo, pero son mucho más: son una referencia cultural, social y humana desde hace siglos. Los mandatos en política finalizan y sólo quedan las obras bien hechas. Los responsables de la Consejería siempre recordarán que hicieron posible recuperar un monumento histórico haciendo felices a unas monjas admirables.